sábado, 20 de noviembre de 2010

Equlibrio presupuestario es reducir gasto


es el gasto público y no el ingreso la variable dominante en la determinación y evolución de los desequilibrios presupuestarios
Como nos encontramos en fechas pre-electorales, los presupuestos del ayuntamiento para 2011 va a ser el terreno donde se dirima la gran batalla estratégica. El Pleno municipal de la pasada semana sobre la aprobación de tasas para el próximo año, tan esperado como fallido, fué el trueno de inicio de los grandes debates que se avecinan. Digo fallido porque lo que menos se esperaba era el voto en blanco de la oposición socialista y nacionalista. O sea si estos partidos gobiernan volverán a aplicar la subida de tasas sin límite como remedio a la escasez de recursos, en lugar de reducir el gasto público.
Con un alto porcentage de quiebra en familias y empresas, no entiendo qué incremento de ingresos esperan recaudar, cuando es fácil suponer que puede crecer el número de impagados y morosos con el consiguiente riesgo de pérdida patrimonial de las personas. En estas condiciones, me parecen injustas las medidas de subir tasas e impuestos.
Es como si nadie hubiese estudiado este tema con anterioridad, como si se tratara de un asunto absolutamente novedoso a quien nadie antes le hubiese dedicado el más mínimo esfuerzo. Sin embargo, es el gasto público y no el ingreso la variable dominante en la determinación y evolución de los desequilibrios presupuestarios. Y hasta ahora nadie ha hecho lo suficiente para eliminar gasto improductivo e innecesario.
Sería bueno que los políticos de nuestro ayuntamiento estudiaran el manual para someter al adversario a un debate instructivo y necesario y despertar tantas mentes adormecidas que aún esperan de las instituciones del estado el Bálsamo de Fierrabrás como remedio definitivo a nuestras penurias.
Pero me temo que ni el Bloc ni el PSOE, adscritos a criterios de incremento de la deuda a base de subir tasas e impuestos, van a ofrecernos el debate que la sociedad ontinyentina necesita. En frente, un PP débil en blandir argumentos, adormecido en la cómoda mayoría y sumido en la falsedad de su punto de vista sobre la realidad económica, nos hunde día trás día en la ciénaga pantanosa del mañana ya imposible.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Con el pueblo saharaui


no debemos admitir que cualquier interés político aplaste la vida de inocentes, tolere el saqueo, promueva la inseguridad, destierre a sus propietarios
Muchas familias de Ontinyent son receptoras durante el verano de niños de acogida saharauis. No sé cómo surgió el primer contacto, pero la verdad es que desde los años 90 hay ciudadanos españoles nacidos en el Sahara Occidental trabajando entre nosotros. Digo españoles porque nacieron en aquél territorio africano antes de 1975, cuando fué colonia española. Yo no entendía aquella "marcha verde" marroquí contra el Sahara y menos aún el abandono de aquellas tierras por parte de las autoridad autárquica del general Franco, pero recuerdo la movida de la izquierda incipiente en contra de aquella salida del territorio y a favor del pueblo abandonado.
La adolescencia abre el corazón al débil y se sitúa en contra de fuerte y en aquel momento el más frágil era el pueblo saharaui, así que desde el silencio tomé postura a favor del abandonado. Pero después de 35 años de gobiernos democráticos alternantes sigo sin entender a los políticos que gobiernan.
No puedo entender que la estrategia esté por encima del derecho, no debemos admitir que cualquier interés político aplaste la vida de inocentes, tolere el saqueo, promueva la inseguridad, destierre a sus propietarios. No es respeto hacia el monarca alahuí el que transmite nuestro gobierno, es miedo a sus respuestas sobre territorios españoles, primando acercamientos hacia gobernantes totalitarios en lugar de denunciar sus tropelías.
Aprovechando que el Clariano pasa por Ontinyent, sería bueno para los españoles y saharauis que viven en nuestra ciudad y para el vecindario en general, que el ayuntamiento arropara a ese pueblo defendiendo, al menos, el derecho a la vida,  en contra de los asesinatos y del estado de sitio impuesto en el Aaiún por el estado marroquí. Las palabras bién dichas favorecen el estado de cooperación entre los individuos, alivian tensiones, desarrollan hábitats de comunicación, en definitiva, propician la libertad.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Subvencionar la bicicleta


Convencido de la medida, el concejal de deportes se aproxima a los principios de aquél concejal del partido comunista mientras la alcaldesa lo mece y dormita en su regazo.
El exconcejal del partido comunista del ayuntamiento de Ontinyent en la anterior legislatura dió una estupenda lección de cómo mermar la libertad para adquirir bienes y servicios de cualquier ciudadano, utilizando la herramienta menos favorecedora para la igualdad entre personas: la subvención, o sea, usurpar via impuestos los beneficios obtenidos por cualquiera para destinarlos a collas amigas. Con un equipo de alta escuela diseñó un vestidito de gala para sacar a pasear sus vanidades, dotando de una subvención a sus seguidores de Ontinyent en bici y otros. Su alcalde, socialista claro, adornó la iniciativa con el lazo de su aprobación. (Leer noticia)
Ahora, la mentada Ontinyent en Bici protesta porque el Ayuntamiento había "olvidado" dotar tal subvención. Si es olvido creo que sabríamos disculparlo sabiendo el déficit económico que padece. Pero si esa ayuda se ha recuperado por las presiones ejercidas no estaría de más que los regidores responsables se acordaran de todos los que padecemos ese déficit en lugar de hacerlo sólo de esos pocos que se aprovechan del dinero de los vecinos. Convencido de la medida, el concejal de deportes se aproxima a los principios de aquél concejal del partido comunista mientras la alcaldesa popular lo mece y dormita en su regazo.
Pero este nuevo hacedor de agravios, este usurpador de los bienes que ganamos  (los que aún podemos) día a día, es el irresponsable que dota las instalaciones polideportivas de uno de los mayores déficits que soporta nuestro malogrado ayuntamiento.
¿Es que siguen gobernándonos los peores? ¿Qué pregunta...?