miércoles, 21 de noviembre de 2012

Ontinyent mejora la seguridad ciudadana


Los que entendemos y anunciamos que la libertad es el motivo principal de nuestra vida, que por conservar la libertad y la vida hay mucha gente que pierde la suya, compartimos la creencia de que el Estado debe ser el garante de nuestra seguridad. Personalmente creo que las instituciones del estado español no deben regatear medios que mejoren constantemente la seguridad y la vida de sus ciudadanos.

Es responsabilidad de nuestros gobiernos utilizar tecnología y policía para defender la vida de sus habitantes, en lugar de gastarla en crear empresas de dudosa finalidad pública (tv, polideportivos, programaciones culturales, distribución de aguas potables y para riego, etc). 

Por ello, los ontinyentins estamos de enhorabuena al disponer de un sistema de localización de alarmas en las urbanizaciones que rodean la ciudad, que sin ninguna duda será un puntal para el servicio más eficaz que mejorarará la seguridad de sus vecinos.

Estas son las inversiones que necesita Ontinyent: las que afectan a nuestras vidas, nuestra seguridad y a nuestra calidad de vida, siempre igual para todos, no dirigidas a grupos afines al gobierno de turno.

Especialmente quiero felicitar a Jorge Rodríguez no sólo por haber participado, junto a su corporación, en este evento, sino, sobre todo, por reconocer la labor adelantada por corporaciones anteriores. Ojalá sirva de modelo para iniciar actuaciones que afecten a todos los ciudadanos, allí donde el dinero no duele.

martes, 13 de noviembre de 2012

14 de Noviembre: No a la huelga general

  Los sindicatos son organizaciones apesebradas que impiden el acceso al trabajo

La huelga general es una acción de los sindicatos contra los empresarios. El trabajador rompe unilateralmente el contrato firmado con el empresario. Desde el punto de vista jurídico, es inaceptable que una parte rompa el contrato sin ser castigado por los daños causados. Por muy constitucional que sea la huelga, se pone de manifiesto la falta de ética que gobierna nuestro ordenamiento en lo referente al cumplimiento de contratos.

Las consecuencias inmediatas del incumplimiento contractual del huelguista debían ser:
     - la no percepción del salario de la jornada
     - pagar daños y perjuicios por el incumplimiento de su deber laboral a la empresa perjudicada
     - tener derecho el empleador a rescindir el contrato del trabajador por negarse éste a cumplir con su obligación

Claro que en una sociedad donde el trabajo está intervenenido por el Estado, cualquier ideal sobre el deber ser se convierte en una imposición legal. Así queda el panorama tan sólo echando una mirada al horizonte:
     - los salarios están impuestos por los convenios laborales, arropados por una exhaustiva legislación laboral a favor del contratado
     - a esos salarios se suman los altos porcentajes de seguridad social que abarcan sanidad, pensiones, subsidios y otros, sancionados por decreto a cargo de trabajadores y, sobre todo, empresarios y autónomos
     - no se permite la promoción del trabajador en la empresa, tampoco la deslocalización hacia otros lugares de implantación de la empresa, fuera del ámbito que la ley tolera
     - incumplir el contrato con el abandono voluntario del trabajador no está castigado, mientras que el despido está sancionado con la indenmización
     - de esta manera el trabajo se convierte en una actividad subsidiada por la empresa y por el estado, muy lejos de ser la auténtica actividad productiva que hace competitivos a los productos y servicios

Los sindicatos son organizaciones apesebradas que impiden el acceso al trabajo para mostrar su desacuerdo con alguna política que realiza el gobierno, como por ejemplo impedir que se liberalicen las relaciones laborales o cualquier estructura que libere a los usuarios de ataduras que obstaculiza la libre elección.

Dado el poco poder de penetración que tienen los sindicatos en la sociedad, los dias de huelga general utilizan piquetes violentos y amenazas para coaccionar al trabajador que se resiste a la huelga: obstaculizan el transporte público, la circulación de mercaderías, la apertura de comercios, poniéndose contra la voluntad de la gran mayoría que elige llevar la normalidad a un día de huelga general.

Los sindicatos no disponen de fondos propios suficientes con la cuotas que cobran a sus afiliados. Se financian con subvenciones de las tres instituciones del estado -gobierno central, autonómico y municipal- que proviene de los impuestos que el estado expropia de nuestros beneficios para que los sindicalistas promuevan huelgas y coacciones contra los intereses individuales de las personas.

jueves, 8 de noviembre de 2012

El Hospital, Sanidad y el Alcalde de Ontinyent


En los últimos estertores de la primera burbuja, la financiera, el gobierno de la Generalitat, através de la Consellería de Sanidad, incluyó la construcción de un Hospital para Ontinyent. El dinero entraba fácil a las arcas valencianas, procedente de nuestros impuestos, y electoralmente le convenía a su gobierno, cosa que aprovechó muy bién la alcaldesa Insa para su partido. Sin terrenos ni maquetas, improvisaron lo que pudieron para dar toques de realidad a un proyecto aún en la imaginación de sus preceptores.

El fracaso de aquélla iniciativa no produjo otro mal a los ontinyentins que los 30.000 euros que se llevó el poste anunciador de la ubicación del edificio hospitalario,sin embargo la oposición socilista supo llevar el caso contra los intereses del PP en la alcaldía y le sacó su fruto, puesto que de aquella presión empezó a lograr un esquisito zumo para sus intereses electorales y supo dejar a Lina Insa en afamada precariedad.

En plena burbuja política, hace unos dias la Conselleria de Sanidad ha anunciado que retiren del cobro el importe de la licencia municipal del Hospital -creo recordar que era de 800.000 euros- porque no habrá edificio hasta 2015, siendo muy optimistas. Y ahí es donde le duele al actual gobierno municipal. 

Si los presupuestos de 2012 incluyen el ingreso de la licencia y no la podemos cobrar significa que si se quiere cumplir con el presupuesto municipal, el ayuntamiento tiene que dejar de gastar partidas por el valor de la licencia y eso les supone un plus difícil de cumplir a estas alturas del año. Lo cual quiere decir que la única manera de dar salida a la burbuja creada en el ayuntamiento por las decisiones políticas equivocadas es con medidas austeras, ahorrando y no gastando.

Claro, la izquierda en masa a puesto el grito en el cielo para dejar constancia que la exclusión del hospital es responsabilidad de la derecha de Valencia, tiene razón, pero porque el gobierno valenciano está siendo un poquito menos derrochador que el del expresident Camps, pero solo un poquito, igual que el de la izquierda ontinyentina en relación al ayuntamiento del PP de Insa. No obstante, el alcalde Rodríguez de Ontinyent sigue enviando cartas para librar responsabilidad de este desaguisado.

El meollo de todo el problema me temo que no es la falta de plazas hospitalarias ni el desplazamiento a Xátiva de pacientes, sino la pérdida de 800.000 euros, el 3,2 % de los ingresos de un presupuesto municipal mal ajustado y peor ejecutado.

El final de la película es conocido: más deuda municipal que nadie va a remediar que los paganos seamos Vd y un servidor.

viernes, 2 de noviembre de 2012

¿Quién dijo xenófobos?

Los nacionalistas son integradores, aman su tierra y las colindantes, también a sus habitantes. Son permeables y dadivosos con sus vecinos, aceptan la exclusión para mejorar la cultura y las relaciones humanas. Ningún nacionalista es miembro de una sociedad tribal, detestan la tribu.
Sin embargo, los pensamientos de algunos dirigentes los delatan.