domingo, 30 de diciembre de 2012

Huelga de los basureros


Recisa es un monopolio en la recogida de residuos, no está sujeta a ninguna competencia, por lo que el precio por los servicios que presta es arbitrario, irreal y muy por encima del que podría suministrar cualquier empresa sometida a la competencia de otras que trabajan por ofrecer el mismo servicio. 

La festividad de los Reyes Magos se aproxima, la huelga de los basureros también. La primera es alegría, sobre todo para los pequeños, la segunda es un problema para los pequeños, pero también para los mayores. Reyes Magos equivale a satisfacción a través de regalos entre familia y amigos. Huelga es homólogo de insatisfacción y en el caso que nos ocupa, provocada por el sistema político de recogida de residuos, antes basura (por mucho empeño que pongan con el uso de "otras" palabras, no podrán quitar el significado de las conocidas de siempre).

Ni los medios de difusión oficiales, ni los de comunicación tradicionales, explican cuál es el problema de la recogida de basura, porque sus responsables no tienen el menor interés en explicarlo: ni los burócratas responsables de Recisa (empresa de recogida), ni los representantes del pueblo en el municipio, ni los encargados de la Mancomunitat, ni la propia Consellería tienen el menor interés en explicar qué sucede. Como es costumbre, políticos y burócratas hacen uso de conceptos y siglas para confundirnos: Recisa, Mancomunitat, Consorcio del Plan Zonal, ayuntamientos y los partidos que en ellos cohabitan utilizan el problema de las basuras para echarse déficits presupuestarios a la cabeza y responsabilizar al otro del problema económico, que no es otro el causante del anuncio de la huelga.

Para mí el problema no es otro que los déficits originados en Recisa por la gestión de un servicio cuya financiación es pública, su capital social es público y sus empleados son poco menos que funcionarios públicos. Veamos, Recisa es una empresa que funciona gracias a las subvenciones y transferencias de la Generalitat, Mancomunitat y ayuntamientos, en lugar de los clientes que reciben su servicio día a día. Como todas las entidades públicas citadas desde hace muchos años gastan más de lo que ingresan, la burbuja política que han creado hace que todos las empresas por aquellos contratadas reciban cada año menos transferencias, hasta el punto de no poder pagar a sus empleados. 

Recisa es un monopolio en la recogida de residuos, no está sujeta a ninguna competencia, por lo que el precio por los servicios que presta es arbitrario, irreal y muy por encima del que podría suministrar cualquier empresa sometida a la competencia de otras que trabajan por ofrecer el mismo servicio.

Hasta hace 30 años los ayuntamientos contrataban a empresas privadas, cuyos precios no podían exceder lo que el mercado negociaba, con el riesgo de perder el municipio que trabajaban. Con la llegada de esta democracia, los políticos al uso emprendieron la tarea de acabar con muchas empresas creando otras nuevas donde colocar a familiares, amigos y compromisos. Unos cuantos años han bastado para que esta clase pública nos haya introducido en la mayor crisis económica conocida al menos en los últimos cién años.

Es necesario que algún responsable con sentido común explique el por qué de una huelga anunciada cuando todos los vecinos pagamos las tasas de basura. Si nosotros pagamos al ayuntamiento lo que este nos exige y el ayuntamiento paga lo convenido con la empresa de recogida, ¿por qué los trabajadores de Recisa van a la huelga?

Mientras tanto, seguiremos atendiendo la ancestral costumbre de hacer felices a los pequeños en la festividad de los Reyes Magos.

Feliz año económico 2013.

martes, 4 de diciembre de 2012

Cal y arena para Filiberto Tortosa

La pérdida de confianza del plenario ontinyentí sobre la figura de su representante ante la Mancomunidad, Filiberto Tortosa, está dando que hablar más de lo previsible, dentro y fuera del PP.

Tortosa demostró su carácter duro y austero como portavoz de su partido los 4 años de gobierno conservador, presentando batalla dialéctica allá donde el rival blandía la espada. Nunca me pareció que se amilanara ante una insinuación, ataque o desplante, al contrario las acometidas de sus contrincantes le servían de revulsivo para montar nuevas estrategias. En esta ocasión, con motivo de la desconfianza plenaria,  me ha parecido disimular ante la adversidad, reconocer su derrota y retirarse para agrupar sus tropas y otear el horizonte adverso, dispuesto a presentar batalla cuando se encuentre en posición adecuada.

Y pues sus tropas son escasas para acometer pronta batalla, pienso que va a llevar a cabo un tránsito del desierto en solitario arropado únicamente por sus escasas ideas políticas y sufrir la catarsis necesaria antes del nuevo y necesario reagrupamiento.

Rotundamente Filiberto se equivocará si no encuentra nuevos compañeros independientes y medianamente formados en esgrimir desde principios políticos los argumentos políticos del oponente. 

Mal que les pese a sus seguidores, Tortosa no ha sabido gestionar con criterios de mercado el servicio prestado por la empresa pública de recogida de basuras y ha caído en los errores que cometen todas las empresas cuyo mantenimiento y gestión dependen de las subvenciones públicas. Como la subvención llega mermada, ahora somos los usuarios del servicio los que tenemos que pagar la mala gestión pública. En esto, la política económica de la Mancomunidad bajo la batuta de Tortosa no se diferencia de la de los socialistas en el ayuntamiento de Ontinyent respecto a las tasas de recogida de basuras: ambos dos han hecho lo más fácil, cual es repartir las pérdidas entre los contribuyentes o, como se dice ahora, socializar las pérdidas.

Si Filiberto Totosa quiere ganarse a futuros electores debe marcar diferencias con el socialismo en aquéllo que nos afecta a todos, la economía, presentando batalla a las prácticas intervencionistas de los gobiernos y ofreciendo al individuo ejercitar su libertad sin barreras ni impedimentos contra la promoción de riqueza.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Yo amo España


En defensa de la Nación Española, yo estaré allí, en Colón, Madrid, el día 6.