Hablan poco, casi siempre a escondidas, temen ser escuchados, interpretados, dejan frases sueltas en su medio, la web www.ontinyent.es, nunca anuncian públicamente proyectos, tampoco dan cuentas de los gastos habidos. Son niños que se creen amparados por los mayores (que ellos) y actúan con la timidez del inmaduro. Hay que buscar frases sueltas que el nihil obstat consiente. Y cuando se encuentran aparecen como floreros o adornos que colorean la noticia.
Me refiero, hoy, a las dos frases aparecidas aquí de nuestra nunca bien ponderada concejala Rebeca.
1) “en una època en què els recursos són limitats ..." Se refiere al dinero de nuestros impuestos que constituyen los fondos públicos para hacer lo que en esta ocasión justifica con acierto. Los recursos siempre son escasos, por eso no son gratuitos y está muy bien que así sea. Los fondos públicos están limitados por los excesos de anteriores gobiernos, también del gobierno que ella es parte, lo cual debe servir para que en la reflexión quepamos los contribuyentes porque disponemos cada vez menos del recurso más preciado y limitado: nuestras ganancias, nuestro dinero.
2) “és un dels aspectes que el Govern d’Ontinyent ha tingut presents en tot
moment en posar en marxa aquest pla, el fet que les obres estiguen
realitzades per empreses locals”. No dudo que las empresas locales sean las mejores para ejecutar obra pública. ¿Son además, las más baratas? ¿Prima lo local sobre el precio de ejecución? Si existe favoritismo hacia determinadas empresas por parte del Ayuntamiento quiere decir que o prevarican, o nos cuesta más dinero, o algunos reciben comisiones. Beneficiar a una empresa porque sea del pueblo significa que no se tienen en cuenta cualidades del contrato que benefician al contribuyente ontinyentí, por lo que éste va a salir mal parado.
(Esto de poner trabas a lo que es de allende fronteras y facilitar lo que es "nuestro" está muy extendido en la charla de café, pero en realidad la empresa que vive de la exportación se vería muy perjudicada si aquél pensamiento se extendiera a todos los productos, o lo que es peor, que los de mi pueblo no pudieran trabajar en la vecina Xátiva.)
Por ello, la concejala debería medir sus palabras precisamente porque repercuten más que las mias en la opinión publicada.
Sustraer los recursos limitados o escasos de las manos intervencionistas de los políticos para que el mercado o la globalización los ponga allí donde son necesarios daría mucho más juego a una sociedad ayuna en recursos.
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