sábado, 16 de marzo de 2013

De Rebeca Torró, el superavit y el paro

"L’Ajuntament d’Ontinyent ha gastat un milió d’euros menys del que ha ingressat en 2012, i ara eixos diners han de poder repercutir directament en la ciutadania". Esto decía Rebeca Torró dando un aldabonazo para llamar la atención de un público atento a las acciones que ofrece el ayuntamiento. Inmediatamente me vienen a la memoria los déficits estructurales que dominan nuestra ciudad para pensar que un millón de euros es capital suficiente para emprender un proyecto que subsane en el tiempo algunas estructuras municipales que modernizan, dinamizan y son piedra para crear modelos productivos.

Estos socialistas basan buena parte de su política en los programas sociales para ayudar a desfavorecidos, programas apuntalados en un sentimentalismo hacia los menos favorecidos. Se olvidan de cúales son las causas que promueven la falta de trabajo, yo creo que no quieren saberlas porque no son capaces de hacer autocrítica cuando mandan, y practican las políticas populistas basadas en el corto plazo usurpando el dinero de unos para repartirlos con los "desfavorecidos". 

Algo muy parecido sucedió con los bancos y cajas, cuando la quiebra ahogaba los balances por la pésima utilización de sus recursos y vino el gobierno con el dinero de todos los españoles para rescatarlos. Ayudó a los peores, los que habían fracasado en la función bancaria. Consiguió así el gobierno con nuestro dinero, destinado a otros menesteres quizás más dignos y/o necesarios, empobrecer a todos los españoles desviando fondos para otros fines y aumentando impuestos.

Bien es verdad que estas acciones políticas no estaban basadas en la igualdad, como ahora pretenden los socialistas locales. Pero sus efectos van a ser similares: detraer fondos de unas partidas para asignarlas a "políticas de inversión productiva que ayuden a crear puestos de trabajo y no solo a reducir la deuda bancaria", como decía Rebeca. 

Si los socialistas analizaran las causas de los desastres económicos que como plaga se extiende por el territorio, no les resultaría difícil observar que el principio de este mal tiene mucho que ver con las acciones de gobierno, con las políticas de intervención en la educación, la sanidad, las pensiones, la economía productiva y financiera, las subidas de impuestos, etc. También los programas para la igualdad basadas en repartir lo que no es suyo con sus favorecidos, en lugar de premiar al mejor, facilitar el acceso a los que se esfuerzan, posibilitar que todos los ciudadanos encontremos las condiciones para que cada cual escoja el caminio que prefiere. El mérito, Rebeca, una cualidad que se ha eliminado de las aulas para que ningún alumno se sienta desfavorecido.

De las aulas de primaria, a los profesores de Universidad, personal asistencial de la Sanidad Pública, funcionarios, trabajadores de las empresas públicas y privadas, hasta las mismísimas listas cerradas que los partidos políticos han creado para proteger a los elegidos, todo se ha amarrado para que nadie pueda mover a alguien contra su voluntad. Sin competencia no hay progreso.

Los fondos que Torró quiere que se destinen a crear empleo deben ser gastados en necesidades comunes a todos los ontinyentins. El ayuntamiento no invierte en estructuras para crear empleo sino para satisfacer las necesidades de una ciudad que todos queremos. El ejemplo más negativo de inversión pública para paliar el paro se produjo con el Plan E de Zapatero y el Plan Confianza de Camps. No permitamos que el desmérito vuelva a tomar la iniciativa.


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