martes, 28 de septiembre de 2010

Huelga y más paro

El gobierno sigue sin mover ficha. Abarata el despido cuando lo que hace falta es facilitar la contratación.
Ontinyent, ciudad eminentemente agrícola que fué en el pasado reciente, abandonó los aperos para cambiar el esfuerzo sujeto a los avatares del mercado por la seguridad del salario fijo de la industria textil.
Tuvo un crecimiento constante. Muy positivo fué cuando todo el mundo trabajaba, se enriquecía y mejoraba las condiciones de vida. Algunos reveses globales como las 2 ó 3 crisis del petróleo en los años setenta y ochenta del s. XX, la financiera de los noventa y la burbuja tecnológica de principios del s. XXI afectaron nuestra economía y, si bién es cierto que se recuperaron al 100 %, seguimos tirando sin apenas recibir sustos duraderos.
En todo aquél tiempo de subidones económicos nadie se ocupó de que nuestras estructuras económicas y de trabajo venían de un régimen político autoritario que había que recomponer. Las espectaculares subidas del precio del petróleo hizo que los mercados dependientes fuesen menos competitivos. Paises con energías procedentes del carbón, hidráulica y nuclear sufrieron menos las embestidas de los precios.
La burbuja financiera y la tecnológica no llegó a afectarnos en exceso porque los niveles de crecimiento del pais eran altos. Pero también sufrimos aquellos ramalazos en forma de paro y cierre de empresas.
La crisis financiera global que se inició en 2007 y la burbuja inmobiliaria española de 2008 ha precipitado al abismo nuestra economía.
En estos 40 años de tropiezos y recuperaciones ha subido el precio de la energía en más de un mil por cién, así como los de las materias que se obtienen del petróleo (plásticos y textiles) y el transporte, han aumentado los impuestos sobre el consumo y el trabajo, es decir hemos perdido competitividad porque nuestra productividad ha disminuido en relación a paises de nuestro entorno económico.
Y mientras tanto el gobierno sigue sin mover ficha. Bueno, le han obligado a mover alguna, pero ZP  se ha equivocado de pieza: abarata el despido cuando lo que hace falta es facilitar la contratación.
No nos merecemos políticos a lo Zapatero, ensimismado en políticas sociales subvencionadas, en favorecer fuentes de energía irrelevantes y no rentables y abandonar la promoción del carbón y la energía atómica. Como tampoco se han ganado la confianza los sindicatos UGT y CCOO nutridos por crecientes subvenciones del gobierno ZP y hacinando su caverna con propósito de perdurar los sindicatos como correa de transmisión del hastiado poder.
Ni los sindicatos ni Zapatero conseguirán inmovilizar mañana Ontinyent: ya está demasiado parada.

lunes, 20 de septiembre de 2010

No a la huelga 29 S

  
Nadie cree, excepto los liberados sindicales y doctrinarios al uso, que los sindicatos mejoran las perspectivas de empleo con salarios elevados.
 Todavía hay gente, sindicalistas y políticos de izquierda principalmente, que presentan a los sindicatos como instituciones libres. Lo fueron cuando luchaban por la libertad de asociación y se ganaron el apoyo de amplios sectores sociales - el caso CCOO fué ejemplar en el tardofranquismo-. Desgraciadamente conservaron apoyos de socialistas y conservadores ingénuos después de haberse convertido en la única institución privilegiada con licencia para conservar la fuerza sin ley. Su actual poder se basa en la coacción que ejercen sobre otros trabajadores que con amenazas de utilizar la violencia, disuaden de ofrecer su trabajo en las condiciones que los mismos sindicatos han acordado en el convenio.
La acción sindical consiste en monopolizar el proceso que equilibra la oferta y la demanda de la actividad económica y suspenderlo. De esta manera el uso de la fuerza por parte de los sindicatos para determinar una estructura de salarios que otros grupos menores consideran alcanzable, llega a convertirse en el principal obstáculo para alcanzar un nivel de empleo elevado y estable.
Nadie cree, excepto los liberados sindicales y doctrinarios al uso, que los sindicatos mejoran las perspectivas de empleo con salarios elevados. Hoy en España esa es la causa principal del paro y de la disminución del nivel de vida de la clase obrera.
España es un país con fuerte déficit de la balanza comercial por cuenta corriente, es decir el coste de nuestras importanciones es mayor que el de las exportaciones. Eso quiere decir que nuestra subsistencia depende del comercio internacional, y el empeño de proteger los salarios contra las fuerzas del mercado tiene como consecuencia el aumento del paro. Por tanto urge ser competitivos para vender los bienes y servicios que producimos, para lo cual es imprescindible bajar los salarios reales.
El gobierno socialista Zapatero, en contra de sus principios, presionado por la Comisión Europea y el gobierno Obama, abandonó su fé para no perder la silla -bajada de pantalones, en puro argot-, es decir, está disminuyendo el gasto público, aunque insuficiente, a base de los más débiles. También ha retraido el presupuesto de inversiones en infraestructuras, lo cual traerá retraso respecto a otros paises de nuestra competencia.
Pero lo urgente es que se libere el contrato laboral para que las empresas y los trabajadores reanuden la actividad más necesitada, la económica, por encima, sí, de la sindical, hoy por hoy desprestigiada, doctrinaria, subvencionada y privilegiada.
Para los sindicatos sólo existen derechos sociales y laborales, como dice Manuela Pascual, Secretaria de CCOO Comarques Centrals, pero olvida los verdaderos derechos funtamentales del individuo en materia de trabajo que son el de libertad de elección, libertad de acudir al trabajo, derecho a la no agresión y el derecho a firmar contratos líbremente.
Yo creo que la verdadera fuerza sindical radica en los liberados, mantenidos a base de subvención por los gobiernos democráticos, atenazados ante las amenazas de huelga. Esos gobiernos han conseguido hacer de los sindicatos el único poder fáctico no democrático que queda en España. Si nuestro gobierno tiene voluntad de garantizar la libertad y la seguridad de los trabajadores la huelga creo que fracasará. Pero su estabilidad también depende de las dos centrales sindicales mayoritarias.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Pacto por la Economía


"El mercado no es ni un lugar ni una cosa ni una asociación"
La gran noticia económica de la semana ha sido el Pacto por la Economía que han firmado PP, PSOE, Bloc, empresarios, comerciantes, pero no los agentes sindicales. Los firmantes aseguran o confían que este pacto puede ser un motor que empuje nuestra precaria a cotas favorables para la inversión y el empleo. Todos han salido en la foto, pacto cumplido.
Entiendo que la mediocridad política que nos gobierna pase ratos bailando el agua para justificarse o entretenerse o haciendo ver a la parroquia que trabajan para que la economía resurja -los sindicatos también firmarán después del reportage huelguístico que se están zampando-. Pero sólo representantes empresariales poseidos de la ignorancia sobre el mercado están en condiciones de hacer un brindis al sol.
Hoy muy poquitos creen que la economía funciona en base a pactos políticos, empresariales o sindicales. Muy al contrario, la naturaleza del pacto interfiere en la libre decisión que multitud de individuos toman en el ámbito de cooperación en un proceso que se denomina mercado. "El mercado no es ni un lugar ni una cosa ni una asociación" decía L.V. Mises, es al mercado al que hay que favorecer desde el poder político y desde el ayuntamiento muy poco se puede hacer y ya va siendo hora de que lo hagan:
  -simplificar ad infinitum la creación de cualquier empresa, o sea, eliminar toda dificultad
  -suprimir tasas e impuestos de constitución, actividad, etc durante al menos 5 años
  -defender los derechos fundamentales de los empresarios y trabajadores con más policía y mejor dotación
Esto es lo que puede hacer el ayuntamiento y, sobre todo, el gobierno central: defender el derecho a la vida, a la seguridad, al libre mercado y la libertad de contratos hasta la saciedad, porque en ese terreno nos movemos todos los ciudadanos, donde interactuamos y cooperamos líbremente, emitimos juicios de valor y actuamos según nuestras apreciaciones. En aquél sustrato de libertad se mueven individuos formados e informados con ánimo de cooperar y actuar, así son las fuerzas que determinan la disposición del mercado, siempre cambiante.
El Estado del Bienestar prolonga su sombra a todos los rincones de nuestra vida haciéndonos creer que de él surgiran todas las decisiones que solventen nuestra existencia. ¿Alguien cree que un Hospital, una oficina de Hacienda o de S. Social van a ser determinantes en la inversión de empresarios y en la contratación? Sin esas tres entidades hemos visto emerger la industria a la vez que se apagaba la agricultura, hemos vivido los vaivienes de los años 70, 80, 90 y ahora este iniciado en 2008 y aún no terminado. Una cosa común iguala esos períodos, el empuje de inversores y la inmigración de mano para el trabajo, nunca se ha tomado ninguna medida  pública para los subidones de la economía. Otra variable común ha precipitado negativamente aquellos periodos: la pérdida de competitividad desde hace 40 años sin que nada se haya hecho para remediarlo. Pero los gobiernos no se atreven a hacer los cambios estructurales necesarios, antes al contrario, sus disposiciones intervencionistas a través de leyes y decretos merman constantemente nuestra libertad de acción.
Pactos famosos que han fracasado: el Constitucional basado en intereses partidistas en lugar de defender los derechos funtamentales de los individuos, los de la Moncloa donde empresarios y sindicatos se repartieron la tarta de las subvenciones para perdurarse en sus asociaciones y monopolizar el mercado del trabajo, el de Toledo donde se excluyó del mercado de las pensiones la libertad de cualquier ciudadano de capitalizar sus ahorros para disfrutar sin riesgos su jubilación.
Y ayer unos aprendices a la imitación nos quieren arreglar la economía del pueblo con unos nuevos pactos ... Que'l Nostre Senyor ens pille confessats.

jueves, 16 de septiembre de 2010

El caso Vicent Vila

Para ganar la voluntad del pueblo que gobiernas [..] has de hacer dos cosas: la una, ser bién criado con todos ...
              (Carta de D. Quijote a Sancho Panza, gobernador de la ínsula Barataria)
La naturaleza del hombre abarca todo lo que concierne a su comportamiento pasado y presente, al planteamiento ético de sus actos y a la resolución de los mismos, a la búsqueda del bién, del bienestar, de la belleza. Se dice entonces que esta persona actúa naturalmente, formalmente, con sentido común, de acuerdo con la lógica.
Políticos, representantes religiosos, presidentes de asociaciones, en general individuos que tienen responsabilidades sobre grupos deben destacar por su comportamiento exquisito.
Viene al caso este preámbulo por el incidente Vicent Vila y el incendio de más de 2000 Ha de nuestro parage público y privado ontinyentí. Él es el máximo responsable de la seguridad ciudadana -después de la alcaldesa- por el cargo que ésta le delegó. Como portador de un cargo público libre y voluntariamente aceptado debe respetarlo y actuar con la obediencia que la concejalía le impone, Vicent Vila se debe a su pueblo, sus ciudadanos, algunos han perdido parte de su propiedad y muchos han pasado situaciones de alto riesgo por defender sus propiedades, la de sus vecinos y la de la comunidad.
Con su pasividad ante el infortunio de todos los vecinos, en lugar de abandonar su lugar de descanso por 2-3 dias ha preferido su placer, su comodidad a la que en aquellos momentos ya no tenía ningún derecho. Se está ganando la desconfianza de todos sus vecinos, alguien al que no se puede acudir solicitando ayuda. Entonces, si parte de nuestra seguridad depende de él, si recelamos de Vila que es el responsable de nuestra protección pública, esta persona debe presentar su dimisión como concejal del Ayuntamiento de Ontinyent como única medida para conseguir su rehabilitación ante la sociedad ontinyentina. En caso contrario, vista la dejación de las funciones que la alcaldesa en su momento le confió, debe destituirlo ipso facto y apartar de nuestro ayuntamiento personas incapaces de asumir su responsabilidad. Si así no lo hiciere, la Sra. Insa será cómplice porque, además, en aquellos momentos complicados no quiso o no supo exigir que regresara para hacerse cargo de la única responsabilidad que todo el pueblo asumió en aquellos momentos: tomar conciencia de la gravedad del incendio.
La ocupación de mis negocios es tan grande que no tengo lugar para rascarme la cabeza ...
(Carta de Sancho Panza a D. Quijote de la Mancha)

martes, 14 de septiembre de 2010

Políticos desmemoriados y ausentes

La tauromaquia ha llenado de riqueza el léxico español enriqueciéndolo en expresividad. El término "a toro pasao" se utiliza a diario para desacreditar al que critica o presume después de acontecido el hecho comentado.
Los comentarios y críticas "a toro pasao" trás el incendio del día 6 a penas sobresalen del estupor y rabia que ha cundido entre la población impotente ante la catástrofe. Porque no otra cosa es el incendio, una catástrofe para nuestro paisaje, tantas veces repetido cuantas más dificil es recuperarlo.
Pero ahí estan los "políticos" para dar la nota: unos por exceso -Jorge Rodríguez en Ontinyent, el secre del PSOE valenciano Alarte- otros por defecto como el concejal de seguridad Vicent Vila.
Los primeros haciendo alarde de las deficiencias en la prevención y extinción, aprovechando que el incendio pasaba por su finca y "a toro pasao" para conseguir rédito electoral, están en su derecho, pero olvidando quién gobernaba en aquél de 1994, o en los de Cataluña de los 2-4 años últimos, o Castilla La Mancha de hace 5 años sino otros de su mismo partido. Pierden el respeto a la parroquia y sólo hablan para sus feligreses. Y todos olvidan (nacionalistas, comunistas, verdes y populares) que la gestión de los montes por las instituciones del Estado hasta ahora es absolutamente ineficaz, inefectivo e ineficiente, es decir, ni sirve ni produce los efectos esperados y encima es carísimo.
El caso Vicent Vila es punto y aparte, porque después del episodio incendiario, él sigue y nadie pide su dimisión. Todo vecino que se precie le duelen los efectos de la catástrofe porque entre nosotros existe una cualidad de hermandad que se refuerza con la desgracia. Y el concejal de seguridad, muñidor de nuestra protección ante situaciones de grave riesgo, siestea en las playas de Almería cual fauno que fuese a habitarlas. De haber estado aquí pudo ser pasto de las llamas y haber emigrado como hizo multitud de animales desorientados los vivos o extintos hacia la eternidad los desaparecidos. "Estuve en contacto telefónico con la alcaldesa" decía el descarado. La alcaldesa como única responsable debe cesarlo inmediatamente.
Esa casta política desmemoriada e interesada en lo suyo deben echar un vistazo al panorama que les rodea y descubran quien cuida la propiedad mejor que su dueño.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Fiestas, resaca y ficción


La economía no es ciencia que presagie aconteceres económicos, no es futurología, sino que se debe dedicar a analizar el presente.
Con mucha lentitud, demasiada, despierta Ontinyent de una larga siesta que nos ha dejado un cuerpo más cansado  para iniciar de nuevo el trabajo, aunque fuere diferente al que antes tenía. Nos hemos batido con destreza para lograr unas magníficas Fiestas de Moros y Cristianos, como si con ellas dependiera nuestro futuro, se ha trabajado con mucho amor propio, como si expresáramos con tesón un quehacer productivo. Pero el despertar de la dulce resaca nos trae nuevas incertidumbres.
Y aquí es donde se encuentra uno de los graves errores: vivir de la borrachera a la resaca, de ver las cosas como me gustaría verlas a pensar que el mal momento pasará pronto. La realidad ha de verse con la mente clara, capacidad crítica y voluntad para adaptarse a ella, quiero decir que no tiene interpretación sino que está ahí aunque nosotros no la queramos reconocer. Hay que adentrarse en la selva de las mentiras y verdades a medias, moverse por terreno pantanoso con machete para apartar la vegetación que nos turba la visión a un palmo de distancia.
Al trabajador le falta el trabajo y sin incentivos poca economía genera. Al empresario y al autónomo no le llegan encargos ni pedidos, las posibilidades de subsistir su empresa son precarias. Así va disminuyendo la riqueza de empresas y familias, en muchos casos aumenta la pobreza de más personas.  
¿De dónde viene el mal? Conociendo su origen erradicaremos el problema. La mayoría dicen que el mal viene de los excesos del mercado libre, como aquella mentirilla que oíamos de pequeños de que los niños venían de París. Y entonces nos lo creíamos como ahora nos creemos la falacia del mercado. Es como si los "excesos" de un libre contrato entre dos partes fuese la causa de una borrachera -la crisis- y en la resaca esperamos que el mercado desaparezca. ¿Qué vendria después del libre mercado?
La economía no es ciencia que presagie aconteceres económicos, no es futurología, sino que se debe dedicar a analizar el presente. Sus deducciones son empíricas, por tanto se alejan de la realidad. Después los burócratas -muchos de ellos se autodefinen como políticos- dan los toques para hacer de mañana la posibilidad que ellos desean para sus intereses, lo malo es que muchos les creen. Recordemos que hace dos años, Italia estaba en los abismos y que su amigo Sarkocy iba a penar de envidia; o que la Comunidad Valenciana sería motor de la economía, por citar declaraciones de dos altos dirigentes políticos. Ambos mentían para arropar sus exclusivos y depravados intereses y desviar las iras que contra ellos dirigíamos muchos ciudadanos.
Trato de explicar con esta primera entrada  que por muchas mentiras que corran, la realidad no se puede disfrazar ni nadie nos la puede sustraer para que la busquemos y al fín la encontremos.
El beodo lo es porque quiere, nadie le obliga, y la reseca se alivia con dos aspirinas ...