jueves, 24 de enero de 2013
¿Asamblea para tomar decisiones?
El gobierno de nuestro ayuntamiento no cesa en su protagonismo, tomando iniciativas que dejan perplejo al más incrédulo. La última es la de establecer o corregir una Carta Ciudadana para que los vecinos podamos tomar decisiones de ámbito municipal, es decir instaurar una democracia participativa.
En efecto, la iniciativa es bella, buena y barata para conseguir lo que el gobierno pretende, que no es otra cosa que hacerse la propaganda pensando en la próxima reelección, dentro de 2 años. Pero este tipo de iniciativas no está exenta de riesgos para los vecinos de Ontinyent porque el Estado de Derecho ampara la democracia representativa y no la participativa.
RESPONSABILIDAD DE LOS CARGOS ELECTOS.- El gobierno municipal tiene la obligación de cumplir y hacer cumplir la ley en cuanto que obliga a las estrictas funciones que tiene asignada y a proteger a los vecinos de iniciativas que pueden tomar grupos nunca representados ni representativos. Si estos cargos desvían fondos públicos a fines de interés partidista (60.000 € para un supuesto banco de alimentos, subvenciones a grupos sensibles a la orientación del voto, establecer fondos para proyectos de dudosa eficacia como la promoción económica promovida desde la alcaldía, etc), qué iniciativas pueden tomar grupos interesados en su promoción pero alejados del interés general.
LAS INICIATIVAS que promuevan grupos de interés van a estar sesgadas por la visión que tenga el grupo del problema que plantea. Pueden ser promociones que afecten para bien al interés de unos cuantos, por lo que estaríamos hablando de grupos de presión para su beneficio. En este caso caben todas las presiones que realizan sindicatos, asociaciones y particulares a favor de los servicios públicos, olvidando intencionadamente que la práctica donde se mueve cualquier persona no obligada por ley es la de usar los servicios que líbremente elige el usuario.
OLVIDAR, MÁS SI CABE, A LAS MINORIAS, pues toda decisión tomada desde una asamblea toma caracter político olvidando otras cuestiones básicas para cualquier ciudadano, como por ejemplo las económicas, culturales, de costumbre, incluso tradicionales.
LAS DECISIONES próximas a las necesidades de un pueblo deben ser detectadas por los candidatos para proponerlas en el programa electoral y ponerlo en conocimiento de los vecinos para que las voten. Eso conlleva, primero saber cúales son los menesteres ciudadanos, debatirlos para modelarlos para, finalmente, mostrarlos como necesidad. Una propuesta tomada en asamblea surge en un ambiente caliente, sensual, alejado de posturas razonadas y razonables y, casi siempre, contra la costumbre. Ni todos los que son están, ni las razones son escuchadas desde la fría mirada que da el reposo y la distancia.
LOS SENTIMIENTOS surgidos de una propuesta pueden devenir en formación de grupos movidos por el instinto. Incluso las funciones básicas del ayuntamiento hacia sus ciudadanos se verían afectadas por el amor y el odio a favor o encontra de los grupos de interés.
En general, estas iniciativas conducen a vacíos de poder bien porque a los representados legales no les dejan adoptar decisiones, bien porque esos representantes llegan a estar "abducidos" por el interés o la voluntad del grupo.
El gobierno municipal de Ontinyent no demuestra ser el gobierno de la mayoría, ni por sus acciones ni por sus intenciones. Está ahí sin quererlo los ontinyentins, más bien son tres grupos que aúnan sus intereses partidistas y particularistas, pero los vecinos de mi pueblo no lo han votado. Tienen validez legal, pero desde el punto de vista moral no tienen crédito.
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