El ple de l'Ajuntament d'Ontinyent ha aprovat aquest dijous per
unanimitat una moció del grup socialista en la qual es proposa al Govern
d'Espanya que es permeta als ajuntaments que hagen tancat el 2012 amb
superàvit, com Ontinyent, puguen destinar aquests diners a generar
ocupació en els seus municipis. "Els beneficis de la bona gestió han de
servir per revertir en els ciutadans i no en els bancs", ha insistit
l'alcalde d'Ontinyent, Jorge Rodríguez.
No hay beneficios monetarios en la gestión pública. Hay excedentes de tesorería. Si ésta es deficitaria, al año siguiente aumentan las tasas e impuestos. Si es excedentaria, al año siguiente deben volver al ciudadano bajando los impuestos.
Lo que seguramente quiere el grupo socialista es contratar nuevos funcionarios, pero así no se revierte el dinero en todos los ciudadanos, sino solo en los pocos contratados.
Así se incrementa el gasto público, cuya consecuencia inmediata es empobrecer cada vez más a las familias y empresas de Ontinyent.
Si para el alcalde invertir es colocar el millón excedentario de tesorería en una cacharrería, por ejemplo, competirá con deslealtad con los propietarios de cacharrerías, puesto que ha sustraido con impuestos dinero de sus propietarios para competir contra ellos. Delictivo ... moralmente, claro. Para muchos, lo legal se antepone a lo moral y así nos va.
O se bajan impuestos o se mejoran estructuras civiles para que todos podamos disfrutarlas.
Compromís y comunista apoyan la moción socialista. El PP como de costumbre, con el pueblo: estos días toca procesionar, pues ala! Es que no se enteran.
sábado, 23 de marzo de 2013
miércoles, 20 de marzo de 2013
Rebeca Torró, recursos limitados y empresas locales
Hablan poco, casi siempre a escondidas, temen ser escuchados, interpretados, dejan frases sueltas en su medio, la web www.ontinyent.es, nunca anuncian públicamente proyectos, tampoco dan cuentas de los gastos habidos. Son niños que se creen amparados por los mayores (que ellos) y actúan con la timidez del inmaduro. Hay que buscar frases sueltas que el nihil obstat consiente. Y cuando se encuentran aparecen como floreros o adornos que colorean la noticia.
Me refiero, hoy, a las dos frases aparecidas aquí de nuestra nunca bien ponderada concejala Rebeca.
1) “en una època en què els recursos són limitats ..." Se refiere al dinero de nuestros impuestos que constituyen los fondos públicos para hacer lo que en esta ocasión justifica con acierto. Los recursos siempre son escasos, por eso no son gratuitos y está muy bien que así sea. Los fondos públicos están limitados por los excesos de anteriores gobiernos, también del gobierno que ella es parte, lo cual debe servir para que en la reflexión quepamos los contribuyentes porque disponemos cada vez menos del recurso más preciado y limitado: nuestras ganancias, nuestro dinero.
2) “és un dels aspectes que el Govern d’Ontinyent ha tingut presents en tot moment en posar en marxa aquest pla, el fet que les obres estiguen realitzades per empreses locals”. No dudo que las empresas locales sean las mejores para ejecutar obra pública. ¿Son además, las más baratas? ¿Prima lo local sobre el precio de ejecución? Si existe favoritismo hacia determinadas empresas por parte del Ayuntamiento quiere decir que o prevarican, o nos cuesta más dinero, o algunos reciben comisiones. Beneficiar a una empresa porque sea del pueblo significa que no se tienen en cuenta cualidades del contrato que benefician al contribuyente ontinyentí, por lo que éste va a salir mal parado.
(Esto de poner trabas a lo que es de allende fronteras y facilitar lo que es "nuestro" está muy extendido en la charla de café, pero en realidad la empresa que vive de la exportación se vería muy perjudicada si aquél pensamiento se extendiera a todos los productos, o lo que es peor, que los de mi pueblo no pudieran trabajar en la vecina Xátiva.)
Por ello, la concejala debería medir sus palabras precisamente porque repercuten más que las mias en la opinión publicada.
Sustraer los recursos limitados o escasos de las manos intervencionistas de los políticos para que el mercado o la globalización los ponga allí donde son necesarios daría mucho más juego a una sociedad ayuna en recursos.
Me refiero, hoy, a las dos frases aparecidas aquí de nuestra nunca bien ponderada concejala Rebeca.
1) “en una època en què els recursos són limitats ..." Se refiere al dinero de nuestros impuestos que constituyen los fondos públicos para hacer lo que en esta ocasión justifica con acierto. Los recursos siempre son escasos, por eso no son gratuitos y está muy bien que así sea. Los fondos públicos están limitados por los excesos de anteriores gobiernos, también del gobierno que ella es parte, lo cual debe servir para que en la reflexión quepamos los contribuyentes porque disponemos cada vez menos del recurso más preciado y limitado: nuestras ganancias, nuestro dinero.
2) “és un dels aspectes que el Govern d’Ontinyent ha tingut presents en tot moment en posar en marxa aquest pla, el fet que les obres estiguen realitzades per empreses locals”. No dudo que las empresas locales sean las mejores para ejecutar obra pública. ¿Son además, las más baratas? ¿Prima lo local sobre el precio de ejecución? Si existe favoritismo hacia determinadas empresas por parte del Ayuntamiento quiere decir que o prevarican, o nos cuesta más dinero, o algunos reciben comisiones. Beneficiar a una empresa porque sea del pueblo significa que no se tienen en cuenta cualidades del contrato que benefician al contribuyente ontinyentí, por lo que éste va a salir mal parado.
(Esto de poner trabas a lo que es de allende fronteras y facilitar lo que es "nuestro" está muy extendido en la charla de café, pero en realidad la empresa que vive de la exportación se vería muy perjudicada si aquél pensamiento se extendiera a todos los productos, o lo que es peor, que los de mi pueblo no pudieran trabajar en la vecina Xátiva.)
Por ello, la concejala debería medir sus palabras precisamente porque repercuten más que las mias en la opinión publicada.
Sustraer los recursos limitados o escasos de las manos intervencionistas de los políticos para que el mercado o la globalización los ponga allí donde son necesarios daría mucho más juego a una sociedad ayuna en recursos.
sábado, 16 de marzo de 2013
De Rebeca Torró, el superavit y el paro
"L’Ajuntament d’Ontinyent ha gastat un milió d’euros menys del que ha
ingressat en 2012, i ara eixos diners han de poder repercutir
directament en la ciutadania". Esto decía Rebeca Torró dando un aldabonazo para llamar la atención de un público atento a las acciones que ofrece el ayuntamiento. Inmediatamente me vienen a la memoria los déficits estructurales que dominan nuestra ciudad para pensar que un millón de euros es capital suficiente para emprender un proyecto que subsane en el tiempo algunas estructuras municipales que modernizan, dinamizan y son piedra para crear modelos productivos.
Estos socialistas basan buena parte de su política en los programas sociales para ayudar a desfavorecidos, programas apuntalados en un sentimentalismo hacia los menos favorecidos. Se olvidan de cúales son las causas que promueven la falta de trabajo, yo creo que no quieren saberlas porque no son capaces de hacer autocrítica cuando mandan, y practican las políticas populistas basadas en el corto plazo usurpando el dinero de unos para repartirlos con los "desfavorecidos".
Algo muy parecido sucedió con los bancos y cajas, cuando la quiebra ahogaba los balances por la pésima utilización de sus recursos y vino el gobierno con el dinero de todos los españoles para rescatarlos. Ayudó a los peores, los que habían fracasado en la función bancaria. Consiguió así el gobierno con nuestro dinero, destinado a otros menesteres quizás más dignos y/o necesarios, empobrecer a todos los españoles desviando fondos para otros fines y aumentando impuestos.
Bien es verdad que estas acciones políticas no estaban basadas en la igualdad, como ahora pretenden los socialistas locales. Pero sus efectos van a ser similares: detraer fondos de unas partidas para asignarlas a "políticas de inversión productiva que ayuden a crear puestos de trabajo y no solo a reducir la deuda bancaria", como decía Rebeca.
Si los socialistas analizaran las causas de los desastres económicos que como plaga se extiende por el territorio, no les resultaría difícil observar que el principio de este mal tiene mucho que ver con las acciones de gobierno, con las políticas de intervención en la educación, la sanidad, las pensiones, la economía productiva y financiera, las subidas de impuestos, etc. También los programas para la igualdad basadas en repartir lo que no es suyo con sus favorecidos, en lugar de premiar al mejor, facilitar el acceso a los que se esfuerzan, posibilitar que todos los ciudadanos encontremos las condiciones para que cada cual escoja el caminio que prefiere. El mérito, Rebeca, una cualidad que se ha eliminado de las aulas para que ningún alumno se sienta desfavorecido.
De las aulas de primaria, a los profesores de Universidad, personal asistencial de la Sanidad Pública, funcionarios, trabajadores de las empresas públicas y privadas, hasta las mismísimas listas cerradas que los partidos políticos han creado para proteger a los elegidos, todo se ha amarrado para que nadie pueda mover a alguien contra su voluntad. Sin competencia no hay progreso.
Los fondos que Torró quiere que se destinen a crear empleo deben ser gastados en necesidades comunes a todos los ontinyentins. El ayuntamiento no invierte en estructuras para crear empleo sino para satisfacer las necesidades de una ciudad que todos queremos. El ejemplo más negativo de inversión pública para paliar el paro se produjo con el Plan E de Zapatero y el Plan Confianza de Camps. No permitamos que el desmérito vuelva a tomar la iniciativa.
Estos socialistas basan buena parte de su política en los programas sociales para ayudar a desfavorecidos, programas apuntalados en un sentimentalismo hacia los menos favorecidos. Se olvidan de cúales son las causas que promueven la falta de trabajo, yo creo que no quieren saberlas porque no son capaces de hacer autocrítica cuando mandan, y practican las políticas populistas basadas en el corto plazo usurpando el dinero de unos para repartirlos con los "desfavorecidos".
Algo muy parecido sucedió con los bancos y cajas, cuando la quiebra ahogaba los balances por la pésima utilización de sus recursos y vino el gobierno con el dinero de todos los españoles para rescatarlos. Ayudó a los peores, los que habían fracasado en la función bancaria. Consiguió así el gobierno con nuestro dinero, destinado a otros menesteres quizás más dignos y/o necesarios, empobrecer a todos los españoles desviando fondos para otros fines y aumentando impuestos.
Bien es verdad que estas acciones políticas no estaban basadas en la igualdad, como ahora pretenden los socialistas locales. Pero sus efectos van a ser similares: detraer fondos de unas partidas para asignarlas a "políticas de inversión productiva que ayuden a crear puestos de trabajo y no solo a reducir la deuda bancaria", como decía Rebeca.
Si los socialistas analizaran las causas de los desastres económicos que como plaga se extiende por el territorio, no les resultaría difícil observar que el principio de este mal tiene mucho que ver con las acciones de gobierno, con las políticas de intervención en la educación, la sanidad, las pensiones, la economía productiva y financiera, las subidas de impuestos, etc. También los programas para la igualdad basadas en repartir lo que no es suyo con sus favorecidos, en lugar de premiar al mejor, facilitar el acceso a los que se esfuerzan, posibilitar que todos los ciudadanos encontremos las condiciones para que cada cual escoja el caminio que prefiere. El mérito, Rebeca, una cualidad que se ha eliminado de las aulas para que ningún alumno se sienta desfavorecido.
De las aulas de primaria, a los profesores de Universidad, personal asistencial de la Sanidad Pública, funcionarios, trabajadores de las empresas públicas y privadas, hasta las mismísimas listas cerradas que los partidos políticos han creado para proteger a los elegidos, todo se ha amarrado para que nadie pueda mover a alguien contra su voluntad. Sin competencia no hay progreso.
Los fondos que Torró quiere que se destinen a crear empleo deben ser gastados en necesidades comunes a todos los ontinyentins. El ayuntamiento no invierte en estructuras para crear empleo sino para satisfacer las necesidades de una ciudad que todos queremos. El ejemplo más negativo de inversión pública para paliar el paro se produjo con el Plan E de Zapatero y el Plan Confianza de Camps. No permitamos que el desmérito vuelva a tomar la iniciativa.
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