martes, 27 de abril de 2010

Cuatro millones y medio

La situación económica española es insostenible.
Hace más de un año que el gobierno reconocía la crisis económica. Muchos meses anteriores, demasiados, la negó una y otra vez. Presumía nuestro presidente de la sólida situación del sistema financiero español, del superavit de las cuentas de la seguridad social, se burlaba de la precaria economía italiana y avanzaba que en 3-4 años superaríamos a la sólida economía francesa.
Los datos sobre paro que publica hoy el INE y recogen la mayoría de periódicos no es ninguna broma. En los últimos 18 meses las medidas económicas tomadas por el gobierno Rodríguez Zapatero han sido absolutamente ineficaces: el paro sigue nutriendo listas abiertas. Este presidente no ha hecho caso a nadie, destituye ministros y otros cargos políticos de su gobierno sólo por proponer medidas que ZP no comparte, sigue rechazando propuestas y consejos de prestigiosos clubs económicos del mundo (Banco de España, Banco Mundial,BCE, CEE, OCDE, etc), no quiere enterarse de editoriales de prensa internacional (Financial Times, Wall Street Journal, New York Times ...), ni de criterios de organismos nacionales económicos como el Centro de Estudios Económicos del BBVA, etc. Sólo escucha a sus sindicatos UGT y CCOO y rie ante sus ciudadanos. Está convencido que es la única persona en posesión de la razón.
Este personaje ZP ha conseguido con las medidas aplicadas generar desconfianza en nuestro sistema de riqueza tanto dentro como fuera del país. Lo peor es que sigue sin aplicar las medidas que generen la confianza suficiente en los inversores para cambiar el signo del paro hacia la contratació, inversión y riqueza.
Dos trascendentales fechas alumbran nuestro cercano horizonte:
- la primera es el día 1 de Mayo. El número de trabajadores y a quiénes lloren los sindicatos pueden ser indicadores de que las cosas pueden empezar a encauzarse.
- la segunda es si los inversores serán capaces de absorver los 25.000 millones de € el próximo mes de Julio que emite el gobierno para el pago de vencimientos, a un tipo de interés razonablemente sostenible para los contribuyentes futuros.
Sindicatos señalando a verdaderos responsables, mercado absorbiendo toda la emisión y el gobierno bajando drásticamente el gasto público serían buenos indicadores para la pronta recuperación. Es la reencarnación de Don Tancredo.

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