sábado, 6 de noviembre de 2010

Subvencionar la bicicleta


Convencido de la medida, el concejal de deportes se aproxima a los principios de aquél concejal del partido comunista mientras la alcaldesa lo mece y dormita en su regazo.
El exconcejal del partido comunista del ayuntamiento de Ontinyent en la anterior legislatura dió una estupenda lección de cómo mermar la libertad para adquirir bienes y servicios de cualquier ciudadano, utilizando la herramienta menos favorecedora para la igualdad entre personas: la subvención, o sea, usurpar via impuestos los beneficios obtenidos por cualquiera para destinarlos a collas amigas. Con un equipo de alta escuela diseñó un vestidito de gala para sacar a pasear sus vanidades, dotando de una subvención a sus seguidores de Ontinyent en bici y otros. Su alcalde, socialista claro, adornó la iniciativa con el lazo de su aprobación. (Leer noticia)
Ahora, la mentada Ontinyent en Bici protesta porque el Ayuntamiento había "olvidado" dotar tal subvención. Si es olvido creo que sabríamos disculparlo sabiendo el déficit económico que padece. Pero si esa ayuda se ha recuperado por las presiones ejercidas no estaría de más que los regidores responsables se acordaran de todos los que padecemos ese déficit en lugar de hacerlo sólo de esos pocos que se aprovechan del dinero de los vecinos. Convencido de la medida, el concejal de deportes se aproxima a los principios de aquél concejal del partido comunista mientras la alcaldesa popular lo mece y dormita en su regazo.
Pero este nuevo hacedor de agravios, este usurpador de los bienes que ganamos  (los que aún podemos) día a día, es el irresponsable que dota las instalaciones polideportivas de uno de los mayores déficits que soporta nuestro malogrado ayuntamiento.
¿Es que siguen gobernándonos los peores? ¿Qué pregunta...?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Viendo hoy el debate en MK le confirmo q nos gobierna lo peor. Por favor, como tenemos de concejala de Hacienda a Maria Abad? A que extremos hemos llegado. Los representantes de Psoe i Bloc han evitado ensañarse y han hecho bien. Tampoco era necesario. Ya basta, por favor.