martes, 13 de julio de 2010

La crisis que salió del viento


Pasó el soplido, como una bocanada de aire puro y fresco. Llegó en forma de esperanza, el rocío refrescó nuestra cara mientras duró la mañana, alimentó de ilusiones los postreros momentos, pero ... tuvo que llegar el día después en la resaca de un caluroso e incierto verano. Estamos donde estábamos.
Y en mi pueblo, Ontinyent, estábamos en aquélla encrucijada donde unos gastan lo que no tienen y otros no gastan porque no tienen qué gastar. Y los que presumen de gastar creen que la solución de los males de España, principalmente el paro, se arragla con aumentar el gasto del Estado porque, dicen, crea puestos de trabajo. Bueno, a esto se le llama intervenir en la vida de las familias y de las empresas sin haber sido llamado, es decir el Gobierno es un entrometido.
Frente a este principio "keynesino" (abandono el tecnicismo, ¡palabra!) por el cual en épocas de crisis los gobiernos deben incrementar el gasto público se debe en gran parte el aumento del paro. El aumento del gasto ha generado un déficit imposible de soportar, se ha pasado de un déficit que representaba el 1,5 % del PIB en el año 2004 (la Unión Monetaria permite hasta el 3%) al 10,4 % en 2009. Se comprende que las empresas de Rating internacionales disminuyan la credibilidad de la economía española en el mundo de las finanzas y la confianza en la política monetarista de nuestro gobierno esté por los suelos: mayor dificultad para colocar deuda y subida de los tipos de interés.
Y los ciudadanos de a pié mínimamente informados observamos sin tono cómo nuestro gobierno ZP sigue aumentando el gasto público en forma de subvenciones, Planes E y transferencias a sus amigos a costa de los pensionistas, de los funcionarios y de la subida de los impuestos, no sólo el IVA sino los que nos llegarán con los nuevos presupuestos (IRPF y Sociedades).
Por una parte el Estado y sus representantes los gobiernos ahogan la precaria economía familiar y empresarial subiendo impuestos, por otra gastan (algunos dicen que invierten) en partidas propias de empresas si no estuvieran asfixiadas por tanto impuesto, pero además nos quita dinero de la circulación exigiendo a los bancos la compra de deuda pública, dinero que entra en las arcas del Estado en lugar de oxigenar a las empresas mediante créditos bancarios.
Alemania, Francia, el mismo gobierno comunitario que España presidía, incluso el presidente Obama, llamaron la atención a ZP porque su política económica podía provocar más desequilibrios en el € y su relación con el &, debido a que el Producto Interior Bruto PIB español a diferencia del griego sí que tiene peso en la economía de Europa. España estuvo al borde de la quiebra a principio de Mayo, lo que provocó que el BCE avalara con casi 1 billón de € nuestra economía.
Este ZP no ha hecho ninguna reforma estructural en la economía española desde que entró a gobernarnos en 2004, sin embargo baja el salario de funcionarios y estabiliza las pensiones, forzado por las presiones internacionales, lo cual es indicativo de su reconocimiento a la liberalización de los mercados para empezar a regenerar la economía.
Muchos políticos y otros aficcionados intervencionistas repiten que hay que cambiar el modelo económico.Se apoya el intervencionismo estatal, al mismo tiempo que con total desfachatez se pretende que vivimos en una economía de libre mercado (que además, se asegura fue el causante de la crisis por no estar adecuadamente vigilado por el Estado).
La sociedad es un orden espontáneo complejo imposible de diseñar intencionalmente y que la coacción legal y la ingeniería social no funcionan y son destructivas. El político quiere parecer alguien que hace algo para resolver los problemas, es incapaz de reconocer que es el causante de esos mismos problemas y que la auténtica solución está en que se quite de en medio. No suelen dejar que el sistema se ajuste a sí mismo mediante la flexibilidad de precios, la libertad de contratos, la quiebra y liquidación de los proyectos fracasados y la acumulación de beneficios para los exitosos. Dedicarse solamente a gestionar lo auténticamente colectivo y a garantizar la seguridad jurídica no es compatible con sus ambiciones de poder sin límites.
Son los auténticos empresarios quienes proponen la modificación del sistema económico, arriesgando sus propios recursos  e intentando predecir las preferencias de los consumidores, quienes con sus decisiones últimas de compra, ahorro o inversión son los auténticos soberanos.

6 comentarios:

javier dijo...

Me gustaría que un día hiciera un análisis econòmico de la gestión del PP de la Comunitat desde 1995 hasta hoy. Por el momento, el balance de la derecha valenciana no puede ser más desalentador: líderes en paro, deuda por habitante, tres presidentes imputados por soborno (cohecho), pérdida del poder financiero (Bancaja y CAM vendidas) y con el Valencia CF teniendo que vender sus figuras, la industria tradiciona destrozada y la agricultura hecha unos zorros. Son algunos ejemplos.

Mime dijo...

Javier, creo que es un error observar a los políticos desde posiciones maniqueas: los mios son los buenos y los de enfrente los malos, como tampoco es cierto que "todos los políticos son iguales" en el sentido de corrupción. Manejar dinero público, de todos, para beneficio propio es delito tipificado en el código penal, lo que ocurre es que los políticos tienen un estatuto exclusivo por el cual no pueden ser juzgados como cualquier español. La ley les permite ejercitar todo el poder sin frenos ni contrapesos que limiten sus desmanes, bajo mi punto de vista el gran mal es el sistema porque el ejercicio del poder tiende a la corrupción y la permite.
La Banca pública es un fracaso en el mundo de las finanzas y las cajas españolas son instituciones públicas, sin propiedad, que tienden a ser absorbidas o a desaparecer.
El Valencia CF es empresa privada, sus jugadores (bienes de capital, activos) están en manos del mercado. Pero no entiendo por qué el PP gobernante ha favorecido al club con la sorprendente escusa de que es un bién patrimonial valenciano. El sistema lo permite, el sistema no es bueno.
Los problemas de la industria y agricultura creo vienen de los males estructurales del estado, en esto el gobierno valenciano lo que hace es empeorar las cosas con más intervención con la escusa aquella de bién patrimonial de la Comunidad. Un absoluto desbarajuste.

Javier dijo...

Maniqueísmo el suyo, que en todo su discurso ha hecho responsable al empedrado y cuando se refiere a la política nacional sólo tiene una imagen en la cabeza. En este sentido, me defrauda porque, efectivamente, peca de maniqueo. ¿Y sabe por qué?, porque las políticas neoliberales acaban siendo las más intervencionistas. Acaso no es intervencionismo que un gobierno autonómico (¿liberal?) arruine sus cajas para hacer parques temáticos u hospitales privados. Que un gobierno se meta a pahar Copa América, Volvo Ocean Cup, Fórmula 1, visita papales y demás. Por no hablar del agujero negro de Gürtel. O que dispare el coste de la Televisión Pública convertida en un canal de partido. Hablemos de decisiones políticas, de gestión. Lo otro son tópicos, tics y demagogia a borbotones.

Mime dijo...

A cualquier gobierno que no sea de su color preferido le tilda de liberal. Paco Camps es tan liberal en materia económica como ZP. Si el gobierno valenciano no hubiera practicado el intervencionismo en crear empresas públicas, subvencionar y avalar con el dinero de todos a clubs privados, mantenimiento de estructuras deficitarias, etc, podría ser candidato a patrocinar algo más próximo al liberalismo. Atajo de colectivistas que sólo buscan medrar en política para usurpar la libertad de los ciudadanos a base de decretar órdenes coactivas. Así nos va con esta cuadrilla de mediocres.
"porque las políticas neoliberales acaban siendo las más intervencionistas"
Cuando el populismo se impone en política priman los principios sociales sobre los individuales y eso sólo significa pérdida de libertad: libertad de pensamiento, libertad de elegir, libertad de contratos, toda la vida se interviene por el estado. La tendencia suele acabar en fascismo, si antes el estado no ha hecho crak.
A cualquier opinión discrepante la tilda de liberal. Valiente progre...

Javier dijo...

Creo que me expresé mal. A lo mejor soy tan liberal como usted. Lo que sucede es que quienes se dicen liberales en este país: el PP, cuando gobierna es el más intervencionista del mundo, sobre todo, en beneficio de los mismos de siempre. Se dedican a socializar las pérdidas y a privatizar ganancias. Qué es sino el modelo sanitario de Alzira? O la privatización de las ITV? o el patrocinio de grandes eventos con dinero público a borbotones que acaban en el bolsillo de los espabilados de turno. Y el llamado Plan Camps. Todavía no le he visto decir ni mu. Una mala copia del Plan ZP que ha acabado subiendo la deuda municipal. Por lo demás, era mentira que cuanto más suelo saliera al mercado más baratos saldrían los pisos, por ejemplo. Yo propugno la igualdad de oportunidades. Eso es liberalismo. Los neoliberales prefieren el control del mercado. Gracias por el debate.

Mime dijo...

El debate, Javier, seguirá por otros derroteros. Cualquier acción que las instituciones públicas tomen a favor de un colectivo con el fín de "mejorarlo" siempre irá contra la libertad de elcción que es común a cualquier individuo, altos impuestos extraidos de las ganancias merecidas de un trabajador o empresario en lugar de eliminar gasto público innecesario, donde se promulgue una ley que beneficie a un colectivo, cuando aquellas instituciones actuen contra los derechos de propiedad de las personas y empresas, cuando el Estado imponga su ley contra la libertad de contratos o se inmiscuya en la libertad de elegir y opinar de sus ciudadanos, allá habrá personas defendiendo los derechos fundamentales ultrajados.
Un saludo