domingo, 18 de julio de 2010

Politicas sociales

 El concepto "igualdad de oportunidades" establece la necesidad de un acceso universal a la educación para que no existan dificultades de origen dificilmente superables.
Se convocan las ayudas "mujer empresa" para trabajadoras autónomas dice nuestro ayuntamiento de Ontinyent en su webb del 9 de Julio.
Este es un claro ejemplo de programa social que propicia la igualdad de oportunidades nuestra "rica" Generalitat, programas máscara que sólo vislumbran lo aparente porque son aceptados por sus efectos sobre la emotividad.
Sin embargo se olvidan los efectos negativos provocados por el programa de igualdad: cada euro destinado a financiar programas sociales sale de un empresario que lucha día tras día por salir adelante, buscar y retener a sus clientes, facturar, pagar todos los meses las nóminas de sus empleados, cumplir con las regulaciones e ingresar los impuestos. Además, con mis impuestos propician mi propia competencia.
Es una cuestión económica, pero también  es moral, pues muchos contribuyentes llegan a la conclusión de que no pueden seguir sosteniendo con su esfuerzo a mujeres maltratadas, otras que abortan tres, cuatro, cinco veces o gente que no quiere trabajar.
Muchas personas no participan de la autocompasión quejumbrosa ni del grado grado de autoindulgencia al que se ha llegado en nombre de la solidaridad, la igualdad y los derechos.
La igualdad de oportunidades, siendo noble,  puede acabar deslizándose insensiblemente hacia la igualdad de hecho, es decir, la idea según la cual, no basta con que la ley trate por igual a todo el mundo, sea poderoso o humilde, gobernante o ciudadano común, hombre o mujer, heterosexual u homosexual, sino que además tiende hacia una sociedad equitativa en rentas, cuotas de género, raciales, etc, a la privación de derechos fundamentales.

2 comentarios:

Javier dijo...

Entre los cometidos de un Estado se encuentran intentar ofrecer oportunidades a aquellos que no nacieron en familias pudientes que les dieran los estudios o las posibilidades de elegir su camino. Quienes pueden, deber dar gracias por lo que tienen y ayudar al débil. Otra cosa son los aprovechados del sistema. Pero para está la burocracia, para evitar excesos. Como en el apartado penitenciero, si para ayudar a los que lo necesitan es necesario tener aprovechados, prefiero este sistema a ninguno. La Justicia Socia por encima de la Caridad, siempre. Cristiano que es uno.

Mime dijo...

Nadie ha otorgado al Estado la capacidad de ofrecer oportunidades; mucho antes de que existiera el estado, lo hace el mercado, ese orden extendido por doquier donde todas y todos los humanos cooperamos sin necesidad de que un ente superior condicione nuestros actos.
La enseñanza es otorgada por el estado por mandato constitucional, pero la distribución de las rentas se produce con criterios que nada tienen que ver con alguna consideración moral.
Justicia social.- La justicia es universal y sólo actúa sobre cada uno contra el egoismo, vale para todos sólo en la medida que vale para cada uno. Póngase en el lugar del otro y juzgue si en su lugar aprobaría el contrato o intercambio requerido. Nadie es capaz de interpretar las intenciones, voluntades o intereses de cada uno de los millones de personas de un colectivo. Por eso el término "justicia social" es aplicable a la justicia por la cual se reduce o elimina las diferencias de renta, que es lo que el socialismo propugna y que además es incompatible con un orden de mercado competitivo. La "justicia social" debe tacharse más bien de antisocial.
Sólo los desposeidos no pueden dar lo que es suyo porque no les pertenece. Para hacer caridad tienes que poseer para desprenderte. Ya se sabe que hoy los "cristianos" son Ronaldos CR 9.