Sus películas siempre se han contado por los éxitos conseguidos. Porque la historia del personaje da para mucho, es simpática y nos atrae como elemento de distracció y disuasión de los problemas habituales.
Algunos no diferencian la ficción de la realidad, hasta el punto que se dejan arrebatar por aquélla llegando a la enajenación mental con pérdida de control psicológico, abatimiento y depresión endógena, camino de la esquizofrenia. Ante la falta de tratamiento farmacológico, ha encontrado en el regazo materno de la manipulación política el descerebrado respaldo de unos votantes incapaces de descubrir en la libertad el sustento de una estructura social basada en el derecho.
Sánchez Gordillo se ha dado de bruces con los que creen que la propiedad es parte indispensable de nuestra libertad, con el Estado de Derecho y con los que estamos dispuestos a enviarlo a la m si llega avasallando en la tierra que le es ajena.
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