domingo, 4 de septiembre de 2011
De vuelta al tajo
Unos dias de descanso bastan para retomar la actividad con expectativas renovadas. Musculatura relajada, actitud positiva ante los demás, "les butxaques ben buides" o sea, he que aprovechar la entrada al trabajo ante lo incierto de un mañana más cruel.
Preparado para adentrarme en las témporas venideras, héteme aquí perplejo ante la inconsistente pasividad de nuestros inmaduros y siniestros elegidos, cuando repasando noticias de Agosto percibo el tufillo sulfuroso y electoralista a quedar bién con casi todos, engañando a la mayoría y perjudicando a todos los vecinos de nuestra no recuperable ciudad.
Anunciaron una bajada de sueldos a concejales y alcalde (110.000 € en cuatro años unos 26.000 al año) que no está mal, pero su repercusión en la bajada del gasto es insignificante, el 0,1 % de los gastos presupuestados.
Han subvencionado los tikets a las tribunas de la Entrada a personas con dificultad económica, cuando es obvio que la penuria produce desviación hacia la necesidad. Es una burla decir que se da dinero para presenciar un acto lúdico a personas que cuentan los céntimos para poder comer.
TVO. He celebrado en varias ocasiones el cierre de la televisión pública por partidista y, sobre todo, por despilfarradora. Y efectivamente han castrado la TVO al parecer por motivos de precariedad, así nos lo pintaron, porque representaba un ahorro presupuestario de más del 1 %. ¿Saben a dónde irá a parar el hipotético ahorro producido por la TVO? Venga, es fácil. ¡¡¡Síiiiiiiiiii..., exactamente, a dotar partidas para subvenciones!!! La paja en el ojo ajeno. Nosotros no lo buscamos, pero lo pagaremos con intereses.
Como todo se reduce a un problema de entradas y salidas dinerarias, si la recuperación económica pasa obligatoriamente por la reducción del gasto público, de las familias y de las empresas, si el presupuesto municipal es de imposible cumplimiento porque los ingresos están amañados, si las tres caras de nuestro ayuntamiento siguen diciendo no-verdades para convencer de que ellos disminuyen el gasto, podemos deducir sin miedo a la equivocación que el paso siguiente de la tri-cara ontinyentina va a ser el recurso del incapaz, la solución del desposeido, la persistencia del decadente: subir impuestos para empobrecernos todavía más.
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