Los servicios municipales públicos se financian con tasas e impuestos: polideportivo, teatro Echegaray, FUVA (Fundación Universitaria Vall d'Albaida), seguridad (Policía Municipal), aguas potables, recogida de basuras, etc. Unos son de exclusiva competencia del municipio y pagamos por ellos, como la policía, cuidado de calles y mobiliario urbano, ayuda al necesitado y funciones preventivas en materia de seguridad y respeto. En sí mismo son deficitarias puesto que son función municipal. Pero el resto de competencias citadas más arriba son deficitarias, es decir, se pagan con el dinero de los usuarios que al no ser suficientes, tienen que tomar prestado dinero de nuestros impuestos, los cuales no se recaudan para que hagamos deporte, asistamos a una función de cine o nos matriculemos en las clases de inglés. Véase que estos tres servicios no son públicos porque ya existen empresarios y autónomos que los ofrecen a los usuarios.
La competencia que se hace desde el ayuntamiento es desleal, por tanto ilegal y corrupta, porque con los impuestos que recauda de los servicios deportivos, culturales y educativos ya instalados en la ciudad, compite con las empresas autorizadas por el ayuntamiento para quitarles cuota de mercado. Por supuesto, desvía fondos destinados a obligaciones municipales con los vecinos dejándolos deficitarios en economía y servicio. Después, los mismos concejales se quejan de no tener suficiente asignación presupuestaria, cuando ellos han provocado el déficit.
El concejal de Educación no muestra así el comportamiento que debiera con sus vecinos. Su ejemplo no es merecedor de confianza y augura una legislatura llena de incertidumbre y pobreza, todo ello provocado por un desacertado comportamiento público.
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