martes, 6 de septiembre de 2011

Diputaciones: duplicidad administrativa

Desde que se creó el Estado de las Autonomías con la Constitución de 1978, las diputaciones provinciales perdieron su identidad administrativa, sobre todo cuando al poco tiempo comenzaron a crearse las mancomunidades de municipios que suplieron muchos de los servicios que la diputación prestaba, sobre todo a pueblos con bajos ingresos presupuestarios. Las diputaciones respondían a una organización administrativa del territorio más centralizada, más dominable por el poder central puesto que por mediación de ellas, Madrid distribuía fondos para infraestructuras periféricas.
Pero las cosas empezaron a cambiar en el 78, lástima que pronto se detuvieran, puesto que a la antigua y obsoleta diputación se le unió la moderna burocracia de las autonomías, mucho más intrincada y cara que la vieja diputación.
Las diputaciones recibían dinero de Madrid para las necesidades provinciales, lo cual estaba bien si los fondos se destinaban a satisfacer la escasez de infraestructuras y servicios. Y así hemos pasado más de 30 años porque la riqueza nos sonreía. Pero desde hace 4 años se ha apoderado de los valencianos un personaje de asimétrica cordura que creyéndose empresario, ha tomado la Dipu como cortijo y nuestro dinero como acicate para distracción de sus seguidores y pelotas. El alcalde de Xátiva, no sólo ha sido un empresario de mediocre estatura sino que, además, ha mostrado sus dotes como manipulador de nuestros impuestos con fines electoralistas.  En Ontinyent conocemos el trato que les dió a los minusválidos cuando se inauguró la senda desde el puente de Santa Maria al rio Clariano. Todavía no ha pedido perdón.
Sona la Dipu es una muestra del desvío de dinero necesario hacia actividades lúdicas, como las ferias y exposiciones de productos, los campeonatos y ahora la carrera ciclista. Son gastos innecesarios, pese a la pobreza que se extiende, aumentan gasto público que conlleva deuda y alarga el tiempo de normalizar una economía desvanecida.
Desde el punto de vista político, Alfons Rus es una calamidad.
No a las diputaciones. Rubalcaba habla de 1000 millones de € de ahorro. La de Valencia, más.

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