sábado, 17 de septiembre de 2011

Sobre el patrimonio y los altos impuestos

Está el personal alborotado trás el decreto del gobierno de incorporar el impuesto sobre patrimonio. Personalmente no estoy de acuerdo con el impuesto, porque con el dinero que ganamos con nuestro trabajo contribuimos al estado con el IRPF, sociedades, IVA, gasolina, tabaco, y con lo que nos queda  ahorramos o compramos bienes muebles e inmuebles. Ahorros y bienes son gravados con el nuevo impuesto, por eso tributamos dos veces. Yo me pregunto qué justificación tiene el Estado para meter la nariz en nuestras casas y el resto de nuestras propiedades si estamos de acuerdo en que tributar por la propiedad de esos bienes es injusto.
Pero el debate se amplía porque algunos opinan que la causa de la crisis económica en España es debida a los bajos impuestos que pagamos, como Vicenç Navarro catedrático de la Pompeu Fabra que llega a afirmar que la política fiscal española es regresiva porque los ricos y las clases profesionales altas no pagan o pagan muy poco. El Ministro José Blanco es un aplicado alumno de Navarro pues hace unos meses se jactaba de que los impuestos españoles son muy bajos. Como acostumbran, el socialismo siempre en campaña, incluso mintiendo para lograr sus objetivos.
En el informe de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, OCDE, de 2010, el pago de IRPF y cotizaciones a la Seguridad Social (tanto por parte del trabajador como del empresario) ascendió al 38,2% del salario medio en 2009 (23.943 euros brutos al año), por encima de la media de la OCDE (36,4%). De este modo, los españoles no sólo soportan uno de los esfuerzos fiscales más elevados de la zona euro (el 47% del sueldo si se incluye el IVA y los Impuestos Especiales) sino que también sufren una de las tributaciones más elevadas del mundo desarrollado. De hecho, si finalmente el Gobierno apuesta por subir nuevamente los impuestos, España corre el riesgo de entrar en el top ten de los países ricos con mayor tributación sobre el trabajo.
Además, la presión fiscal sobre el trabajo en el último año (2009) ha aumentado ligeramente en España del 37,8% al 38,2%, mientras que en 24 de los 30 países de la OCDE, la presión se ha reducido.
Por otra parte, si la alta imposición fiscal fuera el remedio para ayudar a salir de la crisis, es injusto que Grecia esté al borde de la quiebra, siendo su tipo impositivo del 41,5 %, más de tres puntos por encima del español.
Este gobierno y su política socialista en economía se ha caracterizado por el intervencionismo, el estrechamiento del espacio donde el individuo se mueve con libertad para desarrollar sus iniciativas, su negocio, ha limitado el terreno donde implementar iniciativas y aplicar incentivos para mejorar el nivel de su economía y la de los demás, todos ellos lugares y plazas donde se desarrolla la, para ellos, gran infamia liberal denominada mercado.

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