martes, 7 de febrero de 2012

Presupuestos deficitarios, un año más

Los agentes socioeconómicos de la ciudad apoyan los presupuestos del ayuntamiento. Es la noticia que el consistorio persigue para dormir más tranquilos durante el resto del año, porque si se produce una desviación negativa de las cuentas, los responsables económicos nos dirán que "sus presupuestos" fueron apoyados por los que entienden de números.
Pero un servidor no se cree que los que han apoyado los números municipales sean entendidos en manejar las cuentas de todos, que en los tiempos que corren no son las cuentas del Gran Capitán precisamente.
Como en años de gobierno del PP, las cuentas siguen fallando en dos cuestiones básicas:
- exceso de gasto, donde incluyen partidas no necesarias (continúan las subvenciones, sobra personal, excesiva burocracia, mantenimiento de servicios innecesarios)
- difícil y casi imposible alcanzar los objetivos recaudatorios vía impuesto circulación, impuestop bienes inmuebles, actividad económica y transferencias corrientes.
No se puede pedir especialistas en confeccionar presupuestos más allá de la economía familiar a las asociaciones sociales, en todo caso podrán aproximarse a una crítica como la de la tertulia del café o del almuerzo matinal. Que los sindicatos iluminen las oscuras cuentas se entendería ante la hipótesis de un apagón por avería, pues su presencia es testimonial, ideologizada, de clase. Que se abstenga el PP lo considero como un acto de complicidad o de ignorancia, qué más dá si son los mismos presupuestos que ellos confeccionaban, o de vergüenza por no haber cortado el gasto en los cuatro años de gobierno.
Pero lo que es vergonzoso es que los empresarios no sean capaces de hacer una crítica constructiva, una valoración responsable de acuerdo al entorno que están viviendo en sus empresas. No fueron capaces de hacerla con gobiernos de la derecha ni con los de la izquierda.
Concluyo: las fuerzas vivas de Ontinyent están muertas, viven en un perpétuo sopor, no quieren enterarse de que por abajo el conjunto de ciudadanos esperamos un acto cívico de responsabilidad. El poder seguirá ejerciendo sin que alguien les cante los engaños del gobernante. Y Ontinyent andará sobre sus pasos, es decir, en 2012 seremos un poquito más pobres.

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