Muy importante la decisión del Ayuntamiento de Ontinyent de suspender el contrato que le liga a emitir televisión local. Alrededor de 150.000 €, quizás más, que se ahorrará en mitigar deuda, porque "el dinero de los ciudadanos no han de estar al servicio del monopolio informativo del gobierno de turno", dice la noticia.
Con este discurso los ontinyentins seríamos mucho más felices y mantendríamos la esperanza en un gobierno que, ¡albrícias!, va a dejar de intervenir en nuestras vidas.
Esos dineros, dice el portavoz municipal, "se destinarán a pagar a proveedores", que es deber del que compra bienes y servicios. Añado que sería interesante conocer qué partidas destinarán a satisfacer "servicios sociales".
Observen y verán cómo el adjetivo social/sociales lo usan los políticos para subvencionar la gran parte de las veces, a asociaciones deportivas, vecinales, culturales, festeras, etc sin ánimo de lucro, pero con las cuales se lucran sus juntas directivas. Este deporte lo han practicado todos los gobiernos de nuestro Excelentísimo hasta límites ya insuperables: cualquiera asociación registrada tiene derecho a subvención.
Prefiero quedarme con el buén sabor de boca de que la TVO dejará de emitir el primero de septiembre. Dice el comunicado que "esta solución, aunque drástica, se hace también por higiene democrática". Me gusta, sí señor, porque querrán decir que van que dejar bien limpias de suciedad y ruido las arcas del gasto.
A lo mejor hasta los presupuestos los hacen legibles y entendibles.
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