El President Camps y el PP de la Comunitat Valenciana han vivido durante muchos años una extraña realidad montada alrededor de un interesado bunker. Rodeado de una baronía fiel, ha entretejido una trama de intereses en los que ha basado su acción política asentada más en principios populistas que conservadores. Sus paisanos allende el área metropolitana a más de 70 km de la capital, quizás con la perspectiva que un horizonte de polvo y pocos lodos nos ofrece la altura terrestre, se han ido apartando de los inicios de su gobierno, en otro tiempo esperanzadores.
Este blog denunció la pasividad de Camps ante la justicia cuando en ningún momento quiso reconocer su participación en un asunto turbio para su partido y sus seguidores. El mal está hecho. Ver al President rodeado de ex-altos cargos, barones, en el banquillo de implicados es imagen que va a hacer mucho mal a la Comunitat y a su partido en particular.
No deseo que nadie salga perjudicado de este proceso judicial, pero lo que ya nadie puede evitar es el mal que nos está haciendo a los valencianos y eso, políticamente debe ser castigado porque desde la perspectiva moral no es aceptable.
Camps debe dimitir, así depuraría su responsabilidad política. Y el President de Les Corts debería convocar elecciones de nuevo. Creo que sería la mejor manera de que los valencianos recuperásemos nuestra dignidad democrática. Lo hizo Esperanza Aguirre hace poco tiempo. Aquello fué una gran lección.
También es menester que Rajoy deje de mirar hacia otra parte y se implique en responsabilidad que no puede eludir.
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