Hace pocos días, el expresidente Rodríguez Zapatero declaraba que si sus gobiernos no hubiesen gastado tanto dinero, la economía española no estaría tan dañada. Canto de sirena para distraer de su gravísima responsabilidad en no adoptar ninguna medida que al menos paliara la gravedad del despilfarro. Recordemos los elogios que el PSOE lanzó al llamado Plan E para reactivar la economía: más de 14000 millones de euros donados a los ayuntamientos de toda España sin otro criterio que el pedirlos y justificar para qué. Decían los socialistas y correligionarios de la izquierda (en Valencia, la derecha y su presidente Camps siguió el mismo camino con el Plan Confianza) que cuando la iniciativa privada no crecía, el gasto público debía suplir el crecimiento de la nación con aumentos de inversión y del gasto. Esto, lectores, es el principio que dirige la mayoría de las facultades y escuelas de economía de nuestro país, basado en la teoría general de J.M.Keynes, principio de la teoría económica del llamado intervencionismo de estado aplicado por los socialistas de todos los partidos y cuyos resultados estamos sufriéndolos en nuestras carnes.
Los keynesianos afincados en el ayuntamiento de Ontinyent, Jorge Rodríguez y Josep Francés han lanzado un programa de Ocupació y Reactivació Econòmica para eso. A medio ejercicio económico anuncian que el presupuesto se saldará con superavit, ¡menudo embolao!, y que además han obtenido una partida de 1/2 millón de euros para ayudar al que tenga buenas ideas. Promotores de emprendedores, prestamistas, reactivadores de la economía, ... vendedores de humo, buhoneros, irresponsables. Jugar a banqueros con nuestro dinero, ¿por qué no lo hacen con su propio dinero, ya que es tan segura la promoción que vaticinan? Crearían puestos de trabajo, abrirían un nuevo mercado financiero, estarían reconocidos por tantos necesitados. Pero no, como son incapaces de arriesgarse, toman nuestros impuestos y se ponen a jugar al monopoli.
La carrera seguida por ZP estos personages la están continuando. No servirá para los objetivos que persiguen porque no es posible que del dinero público surja riqueza. Pero ellos continuarán porque con 1/2 millón hacen la propaganda que necesitan para seguir jugando.
Sus pensamientos los delatan: pernonas de ideas sin sustento ni experiencia, basadas en planteamientos políticos fracasados, con objetivos inconsistentes y vácuos, no se les puede clasificar como activos emprendedores, al contrario, frustrados en sus quehaceres y vagos en iniciativas personales.
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