“Donar seguretat jurídica als hostalers, i respondre a les demandes del sector, són els objectius pels quals el Govern d’Ontinyent està treballant en la modificació de l’ordenança de l’ocupació del domini i ús públic amb taules, cadires i altres elements auxiliars. La nova normativa ha comptat amb la prèvia negociació amb l’associació AHVAL, qui ha manifestat el seu suport al text aprovat i als objectius que es pretenen aconseguir amb aquest canvi normatiu.”
Así inicia nuestro ayuntamiento la noticia de que va a elaborar una normativa nueva que regule las terrazas y carpas de esparcimiento en calles y plazas de Ontinyent. Con el fín exclusivo de regular y uniformar la estética (¿no les suena a régimen militar guiado por órdenes y a una sola voz al más puro estilo autárquico?). Estilo anhelado por el socialismo ontinyentí desde la oposición y practicado con profusión por el siniestro equipo de gobierno en el poder. El amigo Sanchis tuvo escarceos reguladores en economía cuando opositaba, promocionando el gasto público y la “inversión” pública, sin enterarse que los socialistas del PP ya se habían adelantado.
Ahora, cuando la regulación y la normativa, los caprichos y las ordenanzas son elementos reguladores de la libertad y buen hacer de los hosteleros, impedimentos a la libre acción en la toma de decisiones de sus emprendedores, ahora, digo, que es cuando menos necesaria se hace la intervención pública en cualquier menester, los mandones aprendices sugieren más leyes.
Y los hosteleros de AHVAL (COEVAL) aprendices de burócratas asientan sus posaderas en la oscura sumisión, jurando obediencia servil contra los valores de sus asociados: la libertad, la iniciativa, el respeto y la fidelidad al contrato.
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