Presupuesto 2010 (2)

El tamaño del Ayuntamiento de Ontinyent es demasiado grande para sus posibilidades financieras. Es urgente ajustar los gastos de personal y gastos corrientes a los ingresos propios -ingresos que no dependen de las transferencias de capital desde otros organismos del Estado-.

Refería en el post anterior que los ingresos del ayuntamiento no dependientes de las transferencias del Estado ascienden a 17,2 millones € y los gastos son de 20 millones € y que tal desbarajuste presupuestario corresponde a una entidad demasiado grande para los ingresos que obtiene. Comentaba que ante la imposibilidad de aumentar los ingresos propios, el equilibrio del presupuesto debía llegar por la reducción del gasto.
Yo no conozco las necesidades de personal, pero salta a la vista que la reducción de este capítulo es imperiosamente necesario: amortizando plazas de funcionarios jubilados, eliminando trabajos de personal contratado para que lo ejerzan empresas privadas de la ciudad y ajustando las horas extras a los servicios de seguridad.
En el capítulo de gastos destaco por innecesarios, supérfluos, adaptados a grupos acomodados a la ubre de la subvención e imposibles sobre todo en momentos de crisis económica, los siguientes:
1º) Televisión local, 206.000 €. En Ontinyent existen medios de comunicación digitales, radios, televisión y dos semanarios, que ofrecen la información al momento según criterios estrictamente profesionales y adaptados a sus intereses económicos. La TV local la promueven intereses de partido para agrandar la imagen del que manda y minimizar al resto. Es perversa porque utiliza dinero del contribuyente para ninguna finalidad productiva, ni de mejora de la calidad de vida, ni promovida por el interés general. Es moralmente inaceptable porque su estructura está montada con el dinero que exige a las empresas que ya compiten en el mercado.
2º)Campo de futbol El Clariano, 73.000 €. El futbol semiprofesional que es el del Ontinyent CF de los últimos 40-50 años se ha destacado por el tesón y la aficción que han puesto los equipos directivos, su aficción y los mismos jugadores, es digno de ser destacado y así lo quiero hacer constar. Pero el campo ya es municipal por el que no se paga por su uso. El ayuntamiento no tiene ningún mandato ni obligación por aportar dinero de sus contribuyentes, tan sólo intereses.
3º)Fiestas, 285.000 €. El "padrí pollós" lanzaba "perretes" a los niños en la puerta de la iglesia a la salida del bautizo, pero también organiza festejos para que los invitados disfruten una buena velada. No podemos pagar tanto dinero.
4º)Subvenciones
al transporte, 98.000 €
a entidades culturales, 152.000 €
a clubs deportivos, 176.000 €
a proyectos empresariales y comercio, 68.000 €
Una subvención no es una beca. Esta premia al esfuerzo, aquella favorece la pasividad. La beca la recibe el necesitado, la subvención la dirige el favoritismo. Todas las subvenciones deberían desaparecer del presupuesto de cualquier institución pública. 494.000 € para equilibrar un mejor presupuesto.
5º) Actividades de las Ponencias o Regidurías, 214.000 €. Este capítulo es el gasto de cada concejal para sus juegos políticos, la satisfacción del amor que se tienen hacia ellos mismos, aunque luego dicen que nos aman a nosotros, la modestia hecha añicos.
En resumen, más de 1 millón de € de ahorro, que con el 1/2 millón de la bajada del sueldo de los funcionarios y otro 1/2 que podría salir del ajuste del gasto de personal se podía equilibrar el presupuesto para empezar.
Así se hacen políticas activas y sostenibles, dirigidas a proteger la iniciativa y la seguridad de los ciudadanos, de las familias y de las empresas. Las empresas son el único lugar donde se genera riqueza. Deberían tenerlo muy claro los políticos de derechas y de izquierdas, los conservadores y los progresistas.
Por último, la estructura de nuestro ayuntamiento es fruto del tiempo que le ha tocado vivir en los últimos 30 años, tiempos de expansión, sin autorrestricciones y pocos o ningún control externo que frenara el crecimiento fácil. Todos son responsables.