Reflexiones electorales en Ontinyent

Las elecciones 22-M se han revelado como una buena lección contra la arrogancia de la alcaldesa y la ineficacia opositora del partido socialista. El PSOE, protegióndose en el buenismo impropio de personas adultas que aspiran a gobernar, siempre melacólicos con el poder que no tienen, se han parapetado en cuatro normas de colegio para lanzar un programa electoral económico alejado de la realidad más cruda del actual escenario español desanimado y con tendencia hacia la pobreza.
Por su parte, el PP ha mostrado su ineficacia al no saber gestionar la proximidad ideológica en la Generalitat y basar su estrategia en mordaces ataques a la blanda oposición, lo que en lenguaje de la calle se entiende como dar palos al agua. Por otra parte, la estructura política del equipo de gobierno montada alrededor de Maria Abad, Vicent Vila e Inma Martí ha sido absolutamente ineficiente, económicamente caras y políticamente ineficaces. Estos tres pilares puede sustentar el poder de la alcaldesa.

Ante la ausencia de valores políticos en las listas mayoritarias, el electorado deseoso por cambiar -pese a disminuir el censo electoral ha votado un 1 por ciento más- ha encontrado en Compromís una salida parcial a sus deseos por decidir en el futuro ayuntamiento de Ontinyent.

Creo que los ontinyentins nos dariamos por satisfechos si por una puñetera vez los recién elegidos bajaran a la tierra de los mortales para identificar los problemas y acceder, con el pueblo, a las soluciones.