martes, 11 de octubre de 2011
Ayuntamiento conductor de alta tensión
Pasan los días y nuestro ayuntamiento nos sorprende con algunas actuaciones, lo cual mantiene entretenida a la ciudadanía más complacida con el gobierno socialista.
No comentaré en esta ocasión la gestión de la cosa económica, sin duda la más relevante de la política municipal. Hoy toca hablar de la alta tensión, la de la línea que construye Iberdrola y la que generan los concejales, todos, cuando aunan sus esfuerzos contra empresas y familias que ven la línea como un paso más hacia el progreso que llegará cuando esta profunda crisis haya pasado, que pasará incluso para los más incrédulos.
El pasado viernes se reunieron en la Plaza Mayor unas 30-40 personas con pitos y cacerolas, medios habituales para hacer ruido si son pocos, para condenar a Iberdrola y la Consellería de Infraestructuras. Quisieron simular un juicio, pero todo estaba decidido. Más de una vez hemos visto en la gran pantalla como una turba enfurecida de vecinos asaltaba la prisión de un pueblo americano en el lejano oeste para intentar sacar por la fuerza a un reo con el propósito de ahorcarlo. Frases como "¡Hagámosle un juicio justo y después colguémoslo!" o del estilo, han sido tan protagonistas no sólo en los westerns sino también en las novelas y ensayos de la misma temática, que poco a poco han ido creando un mito sobre la extrema violencia de una sociedad debido a la ausencia de instituciones gubernamentales. Si a ello le unimos representaciones de episodios violentos dignos de reproducir en la gran pantalla o en los circos (a pesar de que no representaban las características generales de la sociedad del Oeste americano) solo se estará incrementando el mito de la anarquía como desorden violento y caos social.
Una pancarta cuelga en el balcón principal del ayuntamiento que dice:
"L’alta tensió ni la volem ni la necessitem. No a l’Alta Tensió”.
Y eso significa que todo el pueblo de Ontinyent no quiere la alta tensión y además cree que no la necesita, lo cual es una majadería monumental y además es falso.
Recuerdo tres grandes manifestaciones en Ontinyent que fueron clamor popular, sin excepción y a las que el ayuntamiento se sumó o patrocinó: el asesinato de Miguel Angel Blanco, ganar la Ensaladera de la Davis con intervención de Juan Carlos Ferrero como protagonista y el asesinato de Roberto Conejero. Aquellos ayuntamientos se pusieron del lado del pueblo que necesitaba expresarse en una sóla voz.
El ayuntamiento con este gesto está inmiscuyéndose en una acción que no le compete, va contra los intereses del verdadero progreso y está creando tensión en la vida cotidiana poniéndose al lado de los que no apoyan la alta tensión. Los ontinyentins no nos hemos manifestado, ni siquiera se ha oido una única voz clamando contra la alta tensión. Algunos alzaron la voz por falta de argumentos, otros les siguieron con ruidosas cacerolas, la izquierda tribal en la oposición y ahora sectaria en el gobierno les lanzan laureles mientras la derecha en el gobierno vió un pozo de votos y ahora en la oposición aún no se ha lamentado de su gravísimo error.
Qué mala suerte tenemos con nuestros representantes.
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