viernes, 14 de octubre de 2011
Irresponsabilidad municipal o necesidad de la colleja
Recuerdo a Lina Insa promocionándose con proyectos que ella y su PP habían gestionado ante la Generalitat, Hospital y Pont de S. Vicent, recuerdo apuntalando el Plan Confianza que el ex Camps se sacó de la manga para contrarestar el Plan E que Zapatero se sacó del camal del pantalón. Las veleidades de nuestra ex-alcaldesa se proyectaron hacia una nueva estación de ferrocarril que haría aumentar el tráfico al situarla en lugar céntrico, fué el gran momento visionario que hizo que su imaginación se amotinara contra el escéptico. Eran entonces los años 2008 y 2009, años de hundirnos día a día en la crisis económica. Nunca llegó a pensar Insa que quizás allí empezó a cavar su tumba política, años que Zapatero presumía de nuestra brillante situación económica y financiera que le ha llevado a él y a su partido al actual desastre, dulcísimos años de oposición del entonces candidato Jorge Rodríguez sumido en el placentero sopor de un sueldo extraido de la Diputación para manutención "por los favores prestados al partido".
A Zapatero lo tiraron sus propios compañeros y tuvo que reconocer que hay crisis. Insa no se ha enterado que si no se pueden pagar sueldos y proveedores es porque no hay un duro, vulgo dixit.
Rodríguez, nuestro alcalde, sigue en su insaciable sueño, mecido por el triunfo y tres veces el sustento que tenía. Por supuesto, la culpa no es suya si no de sus antecesores y de la Generalitat, cierto. También del Gobierno de Madrid, que no manda las transferencias autonómicas pese a que vecinos de Ontinyent hemos pagado impuestos a Hacienda. Pero Rodríguez hace dejación de su responsabilidad porque no aborda los fondos disponibles con criterios de austeridad y priorizando necesidades.
Si para nuestro alcalde priorizar es pagar a los funcionarios y empleados municipales (pinchar aquí), debe trasladar partidas del capítulo de los gastos corrientes a personal, disminuir o eliminar las transferencias o subvenciones para pagar a proveedores, por ejemplo. Es decir, priorizar, satisfacer necesidades, enfadar a los subvencionados, eliminar partidas de la manipulada "cultureta", sectaria e innecesaria, para cumplir con la responsabilidad que su sueldo contempla y el cargo merece.
Ahí hay materia para trabajar y aumentar la eficiencia de los ediles, para realizar la función a que están destinados. Y para ejercer su función política fundamental en este momento: explicar al pueblo o sea, que todo el monte no es orégano.
PD: Espero que el maestro Forges sepa disculparme por este farragoso pié para su viñeta.
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