No estaría mal que el ayuntamiento se adelantara en mejorar su competencia en la contratación y apertura de empresas y lo reivindicara ante instancias superiores. En el medio plazo todos ganaríamos.En este momento una prioridad indiscutible de las autoridades del Estado es facilitar la creación de empleo.
El trabajo es una condición para crear riqueza, por lo tanto los empleadores son, bién las personas que inician por su cuenta una actividad -actuales autónomos-, bién las empresas que necesitan contratar para mantener o ampliar su actividad. Sería empleador o contratante la administración pública, pero ella no crea riqueza y gasta muchos de nuestros impuestos en competir deslealmente con los empresarios y autónomos.
Nadie puede crear trabajo y empresas sin el permiso del todopoderoso Estado: Hacienda, Notario, Registro Mercantil, Patrimonio, Seguridad Social, Generalitat y Departamento de Urbanismo del Ayuntamiento, además de pagar no menos de 900 € antes de ponerse a trabajar. Los ayuntamientos también mojan del otrora suculento manjar del trabajo.
Y pregunto por qué los alcaldes, nuestro alcalde, no reveindican ante las administraciones superiores eliminar burocracia y abaratar las iniciativas en lugar de tirarse al monte con peticiones imposibles aunque necesarias unas, como las infraestructuras que requiere fuerte inversión, y otras innecesarias que conllevan gastos de fondos municipales. No cito ejemplos por no herir susceptibilidades, pero si lo prioritario es la necesidad, bién estaría que ahorraran para cubrir lo imprescindible y simplificaran los trámites y los gastos para que cualquier persona montara negocios que den riqueza, única fuente de financiación pública.
Insisto, los ayuntamientos, el nuestro, debe eliminar papeles y gastos para facilitar el trabajo del emprendedor y reivindicar ante la Generalitat y el Gobierno que simplifique los trámites, elimine el gasto y acorte el tiempo para que una empresa pueda abrir en 48 horas en lugar de los 28 dias de media actuales. En esa acción reivindicativa encontraría el apoyo de todos, sin duda merece la pena. Su rentabilidad política en el corto plazo es inapreciable, por eso no hay acción política en ese camino, pero un posible cambio de gobierno llevará consigo un cambio en la confianza futura de la economía productiva española. No estaría mal que el ayuntamiento se adelantara en mejorar su competencia en la contratación y apertura de empresas y lo reivindicara ante instancias superiores. En el medio plazo todos ganaríamos. Hasta podrían repetir mandato con una mayoría más holgada.
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