Elecciones generales, las de verdad, mañana decidimos nosotros, los individuos.
Las elecciones generales son las que deciden el cambio o la continuidad, el cambio desde el banco de pruebas a lo realizable y comprensible, la continuidad de las políticas apetecidas por la mayoría.
Elegimos el modelo social preferido y las personas capaces de ejecutarlo.
Las elecciones generales son el sustento de la democracia, su esencia..., si el poder fuese limitado, es decir si estuviese verdaderamente repartido. Esta es una de las reformas pendientes de nuestra Constitución: que el poder ejecutivo (el gobierno de la nación) no se inmiscuya en el judicial, que se pongan límites al incremento del gasto público, que se prohíban las leyes dirigidas a grupos concretos de la sociedad y que la Constitución garantice la libertad de todos, que no permita amenazas de los organismos de la administración contra los ciudadanos y que sea defensora de nuestros derechos como personas. Y digo esto porque en España sucede lo contrario en muchísimas ocasiones.
Por detrás de las generales, la elecciones municipales deberían ser, en una España verdaderamente democrática, definitivas para conseguir mejores cotas de bienestar y felicidad. El sistema fiscal no lo permite y eso significa sumisión al poder central. La respuesta debería darla una Constitución más abierta que diera confianza al pueblo, pero no se fían del todo de los que mantenemos el sistema.
De las elecciones autonómicas y europeas, esta palabra: burócratas. No es tolerable que dos instituciones sin poder tengan sendas convocatorias para elegir a personas que no deciden absolutamente nada, más bien disponen normas concretas que traban la libre circulación de ideas y proyectos con decisiones arbitrarias casi siempre contrarias o en controversia con las leyes aprobadas por el parlamento.
Las elecciones generales del 20 N serán de importancia singular, puesto que los problemas que normalmente sopesamos al decidir el voto en esta ocasión se ha simplificado a uno: el paro. No afecta solo a los 5 millones de personas sin trabajo sino que invade a toda la sociedad, parada y no parada, afecta a todas las familias y grupos de amigos.
Hay que votar masivamente, hemos de recobrar un gobierno fuerte en respaldo popular, serio en propuestas, confiado en los resultados. Por España, por nosotros los españoles, ojalá se afiance un mañana de esperanza.
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